FRIENDS | Mats Hummels

Well I know that there's a limit to everything,

But my friends won't love me like you. 

18.

La besaba con una pasión reprimida por años hacia la mujer, deseaba volver hacerla suya como lo había hecho únicamente a los 17.

—Mats aquí no —susurró bruscamente mientras golpeaba suavemente el pecho del castaño que atacaba salvajemente su cuello.

Un espasmo paso por su espalda cuando Mats había tocado su punto débil y dejo salir un pequeño gemido, sonrió y siguió llenando de besos aquel punto sensible de Dörte haciendo que esta se retorciera y al final se dejara de resistir.

—Conozco todas tus debilidades Dörte —susurró en su oído cuando sus piernas rodearon sus caderas—. Las podría usar en tu contra en estos momentos —deslizo sus bragas por sus piernas blancas y se bajó la sudadera de entrenamiento. Los casilleros sonaron cuando Mats empujo su cuerpo contra el de Dörte, los vestidores se llenaron del sonido de los cuerpos chocando junto al metal y de pequeños gemidos de ambos. El eco fue su traicionero, pues el espacio estaba solo, lo que permitió que las ondas de los sonidos salieran de los vestidores.

—Aprendiste mucho en cuatro años Mats —dijo Dörte agarrando más fuerte su cuello. Mats sonrió pícaramente ante el comentario pues sabia a lo que se refería.

El sonido del metal junto a los gemidos que hacían en sus oídos, no les permitieron escuchar un automóvil sonar. Suspiro cuando ya iban a llegar a la cima de la montaña, pero fueron violentamente arrasados por la voz de alguien.

—¿Dörte? —preguntaban varias veces por toda la planta baja del estadio.

La pecosa miro con miedo y vergüenza a Mats quien solo sonrió, pues saber que una de las personas que más detestaba estaba buscando a la mujer que estaba siendo suya.

—Robert —musito con alerta Dörte. Golpeo el pecho de Mats para que la soltara y así fue.

—Jesteś tu? "¿estás aquí?" —pregunto en su idioma. Dörte acomodo su vestido, peino su cabello, respiro varias veces y salió sonriendo.

—Robert —lo llamo cuando lo vio pasar por el vestidor.

—¿Dónde te habías metido, Dörte? —se acercó a ella y la abrazo—. Me preocupo no verte en la casa.

—Perdón, pero es que fue mi culpa de que no llegara —dijo Mats saliendo de donde anterior mente estaban los dos. Robert puso su rostro serio y miro de arriba abajo a Hummels. Apretó los puños y miro a Dörte.

—Chodźmy do domu "vamos a casa" —la tomo delicadamente de la mano.

—No tienes que hablar con ella polaco, Lewandowski —se burló.

—Y tú no tienes que hablar con ella, ni tocarla, Hummels —lo miro con repugnancia y halo a Dörte hacia el parqueadero.

—Robert...—musito suavemente la pecosa al ver todavía el rostro serio de su amigo y como sus nudillos estaban ya blancos de apretar tan fuerte el volante.

—Estoy molesto —advirtió, pues ella sabía cómo él era cuando se molestaba, decía las palabras sin ser procesadas en su cerebro—. ¿Por qué estabas con Hummels detrás de los casilleros? —pregunto tomando aire para calmarse.

—Yo...—tartamudeo.

—Yo...Yo...Yo...—la imito— ¡Yo que Dörte! —la miro cuando el semáforo estuvo en rojo—. Me has contado que él y tú se conocieron cuando eran pequeños, hasta que se separaron cuando eran jóvenes. Pero sé que hay algo más que no me has contado.