25 de diciembre de 2011. 1.15 hs.
Por allá arriba de la tierra.-¿Quién eres? Quiero la verdad. -Bufé enojada. Estábamos en una especie de ¿Santuario? Parecía hecho de nubes. Y a pesar que cuando saltamos del edificio estaba todo oscuro, salvo por las luces de la ciudad, aquí era todo blanquisimo. ¿habré muerto y estaría en el cielo? No lo sé, pero si sabía que era todo tan blanco que encandilaba.
-Yo soy Matthew, siempre he sido Matthew King, lo único extravagante en mí, es que no soy un humano. Un detalle menor.
Estábamos sentados mirando hacia la nada en una especie de ¿Algodón gigante? Aún hasta el día de hoy no logro explicar lo que vi esa noche.
-Un detalle menor que podrías haberme comentado. -dije mientras le pegaba suavemente en el hombro. -¿Y qué eres? ¿Un Ángel?
-El día que yo lo sepa, te lo diré cariño. -dijo muy sarcástico.
-Ja. Claro. Dijiste que hoy me dirías más de lo que yo creía de ti. Y me has fallado.
-Te traje al cielo volando con mis alas. ¿Esas no son suficientes pruebas ya? Dime, ¿a cuantas personas has oído decir que fueron al cielo con un Ángel, o por ejemplo que un Ángel se enamoró de ellas? Dime eh. -A ninguna supongo. -me encogi de hombros. Me sentía idiota.
-Exacto. Porque los humanos no deben saber de la existencia de los ángeles del infierno, ni de los ángeles del cielo. Y mucho menos deben saber de un Ángel caído. Es algo así como si las hadas existieran. Suponiendo que existieran, ellas saben de los humanos, y los protegen, pero a cambio, los humanos ni deben saber nada de ellas.
-¿Y por qué yo se de ti Matt? ¿Eso no nos pone en riesgo?
-Me pone en riesgo más a mi que ti, créeme. Pero no estoy dispuesto a dejarte sola otra vez. No, otra vez no.
-¿Otra vez? -Matthew se quedó en silencio un momento. Con la mirada perdida y los ojos vidriosos. Supongo que tenía ganas de llorar. Nunca fui muy buena con respecto a las emociones de los demás. ¿A que mierda se refería Matthew con otra vez?
-Sí, te dejé sola una vez, fue por allá en el 2001, en aquel accidente que te quitó a tus padres. Yo te salvé, ambos lo sabemos, pero hubiese sido mejor que te deje morir a que pases todo el sufrimiento que pasaste.
Me quedé pensando en todo lo que salió de su boca, había algo que no encajaba, como un sonido lejano que me avisaba en mi cabeza, algo que no entendía pero sabía que estaba. Y fue como un destello y se me vino a la memoria.
Lo observe a él atentamente, estaba sentado en la nube mirando para abajo, con los pies colgando y las inmensas alas abiertas, negras, negras como la oscuridad, apenas se podían distinguir el contorno de las plumas debido a su negrura. Pero eso no era lo que no encajaba, lo que no encajaba era que...
-Ya debemos volver. -interrumpió mis pensamientos Matt-. A pasado mucho tiempo.