~◇Lᴀʙɪᴏs 𝕕𝕖 𝑪𝒂𝒓𝒂𝒎𝒆𝒍𝒐◇~

L

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L a b i o s  D e  C a r a m e l o

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Su sonrisa blanca y brillante, sus labios suaves y rojos con un ligero toque de cereza acaramelada.
Su fragancia de Chocolate y vainilla, sus ojos de miel, con aquél brillo de esperanza y su pequeña ilusión que crecía con cada paso que daba.

Estaba listo, hoy sería el día en que se declararía a la persona que tanto amaba.
Vestía con algo casual y al mismo tiempo formal. Su camisa blanca de botones dorados, sus pantalones negros bastante ajustados, con sus distintos detalles y aquéllas botas cortas con su cocido hecho a mano.

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Cruzaron miradas, uno lo veía con un pequeño rubor, otro sólo sonreía al ver a su amigo.

-Ari, me alegra verte aquí, esto es para ti -Sonrío al entregarle aquella caja de dulces-

-A mí también me alegra verte Andy -Tomó la caja delicadamente, su envoltura y decoración se veía costosa- Ay, pequeño yo no te traje nada~

Se notaba un tanto apenado por ese detalle.

-N-No importa, sólo es un pequeño regalo -Ambos pararon su caminar hasta entrar al Café de "Rifel de Faure" -

- ¿Y cómo vas en tu nuevo trabajo en aquella tienda de medio tiempo? -Se sentaron en una mesa que reposaba afuera del local-

-Bien, me estoy adaptando bastante bien -No podía aguantar las ganas de decirlo de una vez, de verdad estaba ansioso- ¿Y tú?, ¿Cómo estas?

Aquél de ojos esmeralda miró el menú

-Bastante bien, sólo que mis compañeros de habitación son realmente fastidiosos~ -Su vista se enfocó a los labios rojos y brillantes de su contrario, apenas el menor soltó palabra este volvió a mirar sus ojos-

-Me alegra que estés bien~ -Soltó un suspiró y lo miró directamente a aquellas iris verdes- Tengo que decirte algo, y si te resulta incómodo lo entiendo...

Aquél de ojos glaucos miraba atento a su compañero, pero, un escandaloso sonido lo interrumpió.
El mayor sólo soltó un largo suspiró al contestar su teléfono.

-Lo siento, debo de irme -Se levantó de su asiento aún con el teléfono en mano- Mi hermana esta en apuros, ya sabes como es~

El menor se desconcertó por la mala suerte que le tocaba, aun así una sensación de alivio hizo que soltara un suspiro.

-N-nos vemos entonces~ -Con una pequeña sonrisa en sus labios se despidió de su enamorado-

Fue tan rápido su encuentro que el mayor hasta olvido llevar los dulces caramelos.

-Hum, supongo que se los daré mañana -Sin más que decir tomó la caja, al verla con detalle encontró una pequeña tarjeta finamente detallada.

-"Chocolates del amor, un chocolate es una nueva sensación para su enamorad@" -Este sólo tomo la tarjeta, si el mayor sólo hubiera visto esa pequeña escritura a este se le congelaría la sangre-

Miró con más  detalle los dulces encontrándose con otra carta más.

-¿Otra más?, Tío, ¿Cómo es que no las vi antes? -Suspiró y la tomó para leerla- "Instrucciones del amor: Cada chocolate deberá ser entregado con una muestra de afecto para que dé resultado la sensación de su Enamorad@" -Dobló el papel y lo guardo en su bolsillo junto a la tarjeta- pff, Cliché.

Sólo se dispuso a caminar a su casa.

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¿Instrucciones del amor?
El amor no tienes instrucciones ¿No?