Sus labios como el más fino y dulce caramelo~
Sus mejillas rojizas de porcelana~
Sus ojos de la mas dulce miel~
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°Historia:Con fines de entretener
°Actualizaciones: Semanales
°Contenido: Homosexual-Chico×Chico
°Ship Principa...
Un papel delicado envolvía aquella pequeña caja con su respectivo lazo color rojo.
Un pequeño presente para aquel de ojos glaucos~ Vaya, uno de muchos que le habia dado.
Y sobre todo, sin olvidarse aquel bombón, de chocolate blanco con toques de nutella y fresa
Dios!~ La tentación de comer aquellos dulces era demasiado.
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Con una dulce sonrisa fue manos a la obra, aunque la primera impresión no fue la mejor.
Pues aquél chico estaba en su cuarto con su novia, eso puso algo incómodo al de ojos avellana, no sabia si iba a interrumpir algo o no.
Una sensación extraña paso por el cuerpo del menor, y una pequeña punzada en el corazón le llegó, como si lo estuvieran engañando, como si una sensación de enojo mezclada con tristeza estuvieran juntas.
Unos impulsos hicieron que éste abra la puerta de golpe.
Lo primero que vio fue a la chica acostada en aquella cama entre mimos con su novio.
Se le hizo un nudo en la garganta.
Hasta que salio de su imaginación y vio al Ecuatoriano el cual se sobresalto al notar la presencia del menor.
Ambos estaban cubiertos con la sabana, pero, por alguna razón sus ojos se cristalizaron al ver como la chica se ocultaba entre las ellas... Al parecer estaba semidesnuda.
Una voz lo llamó, aquellos ojos verdes se centraron en los ojos del menor.
Le habia sorprendido bastante que haya entrado así.
La chica lo miró y solo se cubrió más con las sábanas, no dijo nada y se digno a mirar su teléfono.
-N-no..ehm -Quitó su mirada- L-lo siento por entrar asi~ Llegó esto para tí~
Dejó aquélla caja arriba del escritorio que estaba a un lado.
-Yo, no quise interrumpir nada -Aúnque sus ojos se habian llenado de lagrimas, pudo calmar su respiración y sus nervios- Lo siento
Por alguna razón se quedó unos segundos mirándolos y sin decir nada más, se fue de aquella habitación, cerrando de nuevo aquella puerta.
-Mierda, Mierda, Mierda... -Murmuró limpiandose las lágrimas las cuales salían sin ninguna razón, solamente corrió a su habitación cerrando la puerta con llave.-
Se habia lanzado a la cama, sabia que era muy egoista de su parte hacer lo que estaba haciendo, y esperando que unos estúpidos dulces enamoren a alguien de la nada.
Se sentía como alguien tóxico, ¿En verdad debia importarle que el mayor se acueste con alguien? Y mas con su novia, tenian el derecho de hacer lo que quieran.
No sabia el por que sentia aquel agrio sabor en su boca, sus labios rotos de dulzura habian perdido sus ultimas gotas.
Y aquellas lagrimas saladas lo inundaron.
Se sentia tan inmaduro, egocéntrico. Gonzalo Ari Coronel Vera lo hacia sentir tan mal y tan bien al mismo tiempo. Nisiquiera tenia razón de por que llorar, el no era de su propiedad, nuevamente, no podia decirle con quien acostarse y con quien no. Definitivamente parecia un Cliché de peliculas.
En todo eso no se dio cuenta, de unos ojos verdes miel que se encontraban mirando desde la puerta de su cuarto cuando antes de que el menor entrara a su habitación. Su hermano lo habia visto todo, soltó un pequeño suspiró al pensar en el lío en el que se metería si soltaba una sola palabra.
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Con una sonrisa, enternecido, este ecuatoriano habia abierto aquella pequeña caja, aquél collar con un conejito destellante sentado en una luna, era tan bonito y detallado, sus ojos brillaban al verlo, no dudo en ponérselo.
Ya era de noche, su novia ya se había ido, no pudo evitar retorcerse en aquella cama por la felicidad que sentía, nisiquiera sabia el por que. Pero, aquél dulce bombón hizo que la noche del mayor sea tan pacífica como se le permitía.
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