Fuzzy (ChanBaek)

Capítulo 5

—Veo que te la pasaste bien anoche, hermanito. —inquirió YooRa, recogiendo la camiseta que BaekHyun había portado el día anterior. 

ChanYeol se maldijo mentalmente. Su hermana siempre sacaba sus trapitos sucios nada más antes de empezar el día. Le parecía que la noche era una hora prudente para que lo regañe. 

—No me hables, tengo que salir, bruja. —salió lo más rápido que pudo de la casa, avergonzado por no haberse dado cuenta de la camiseta ajena tirada minutos antes.

Su hermana era su confidente y mejor amiga, pero también le hacía bromas crueles y lo avergonzaba todo el tiempo. Él no podía decir nada porque era mayor y le debía respeto.

Estaba de camino al trabajo, esperando llegar lo más temprano posible para organizar lo que le quedaba del día. Tenía un asunto muy importante el cual tratar y no estaba para discutir con nadie. Necesitaba centrarse si realmente quería lograr algo más que solo una conversación incómoda y sin sentido solo porque era un estúpido de primera.

*****

—¿Qué tal me veo? —le preguntó a su sonriente reflejo luego de haberse guiñado el ojo con confianza—. Muy guapo, por supuesto. —se respondió a sí mismo.

Por una razón muy especial, ChanYeol se encontraba dentro de un elevador con espejo en la escuela donde trabajaba, observándose minuciosamente. Había vestido con ropa muy formal aquel día, generando burlas hacia su persona por parte de sus alumnos inmaduros, quienes le preguntaban si se iba a casar por segunda vez. Para él, era más que obvio que toda esa polémica se debía a lo guapo y envidiable que estaba en ese instante.

Cuando bajó del elevador, solo podía mirar su reloj a cada segundo y sonreír en grande como idiota. Estaba nervioso, quería darle una instancia cómoda y acogedora a su invitado, brindarle una experiencia agradable en la escuela de artes. Aún así, el chico se estaba tardando más de la cuenta.

Bebió agua para calmarse, suspirando al conseguir su objetivo. Su corazón latía a mil por segundo, como si su marcapasos ficticio estuviera fallando. El terror que sentía por dentro le estaba haciendo agonizar peor que cualquier enfermedad.

Seguía sin entender el motivo por el cuál lo invitó. Solo podía decirse que vio su rostro afligido, envuelto en un puchero infantil que lo convencieron de hacer eso. Pese a no estar en una relación con BaekHyun, conocía cada cosa de él con detalle, incluyendo el poder de su frustración cuando algo no salía como quería.

Muriendo de la vergüenza, le comentó sus planes al director, sintiéndose mal al notar que se mofaba de él. Sin embargo, el hombre le concedió el permiso para no dictar clase y tratar de robar nuevamente el corazón de su esposo. Sus mejillas se calentaron y enrojecieron en ese momento, prometiéndole que aquella ayuda que le ofrecía a BaekHyun, le daría más prestigio a la escuela cuando la revista saliera. Tomó como opción hacer una reverencia en agradecimiento y salir lo más rápido posible de esa embarazosa oficina.

Las cosas cambiaron para bien cuando se lo comentó a su exiguo grupo de alumnado, siendo apoyado por todos esos jóvenes que le animaban en grande a regresar con BaekHyun. Al parecer, les había dado a entender que tendrían una cita encubierta por el trabajo del castaño.

Los futuros ídolos del país prometieron estar callados ante sus órdenes cuando el esposo de su maestro se presentara, dejando tranquilo a ChanYeol, con un problema menos.

Sin importar la veracidad en las palabras de sus alumnos, sabía muy en el fondo que mentían. Jamás iban a ser tan considerados con él para llegar hasta ese punto, aunque le hubiese gustado.