Nocturnos

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Luca me deja justamente en la puerta de su habitación y este no decide entrar conmigo, él maneja la situación como si fuera algo estrictamente y confidencialmente entre su padre y yo. Joseph percibe a alguien y trata de levantar su cabeza pero no puede; Joseph está postrado en su cama con oxígeno puesto, la cama le queda tan grande en verdad no intento fijarme en nada al rededor más que solo en él y en lo injusto que la vida puede ser, no sé como acercarme y tener una conversación con él sin sentir lástima. Usualmente los enfermos detestan esa sensación e intentan evitar esa percepción lo más posible. Pero ¿cómo no sentir pena?

-Señor Joseph, ¿quería verme?

–Ven aquí! Acércate.

Lo que sea que me tiene que decir debe ser personal y serio, como también muy delicado. De momento ya la angustia y la ansiedad habían desaparecido ahora más que nunca quería saber de que se trataba esto y por qué a conmigo?!

–Alicita no creo que me vaya a dar tiempo a conocer mi nietecito o nietecita

-Don Joseph ¿por qué dice algo así?! Hay que estar positivo, hay que confiar en Jesús.

–También hay que contar nuestros finales como parte de su plan. _Ante esto quedó literalmente en shock y no encuentro que decir ante esto, ¿Qué pasa si él tiene razón? No todo termina en un cuento feliz; esto, la vida, no es un cuento de hadas._

Después de varios segundos y yo sin decir nada él me indica a buscar un sobre en una de las gavetas de la mesita de noche, no me gusta hostigar y rebuscar en cosas ajenas pero esto es diferente, Joseph me ha dado permiso de hacerlo; solo espero no encontrarme con algo que me haga traumarme o que me vaya causar problemas después.

-¿Debo leerlo ahora? _He encontrado el sobre blanco con una frase en el... que dice "quería nuera"

–No. Cuando ya no esté.

-No sé que decirle Joseph, escucharlo así me entristece.

–Estar triste también es parte de la vida; estar triste es también vivir. Son los momentos que más aprecias porque son los más rotos que te hacen construirte y ser más fuerte.                Alie, Alicita... disculpa a mi hijo por su inexperiencia con relación a ser padre. Sé lo que sucedió aunque su madre no, él suele preocuparme más a mí que a su madre ¿quién lo pensaría?. Quiero que sepas que él se arrepintió mucho de ponerte en aquella fatal posición sobre no seguir adelante con el embarazo; gracias a Dios no hiciste caso... no quiero excusarlo, pero él aprendió la lección y han sido mucho malos ratos que le cuesta muchas veces afrontar otras nuevas, pero sé que lo ayudarás. Se ayudarán.

-Sé que Lewis es un buen hombre, y ahora entiendo porque mi pensar, y mi percepción. Lewis es un buen ser humano y por eso me alegra que usted haya sido parte de él darse cuenta de esta bendición y conducirlo en el camino adecuado.

–Cuídense mucho... mutuamente. Siento que ustedes deben estar unidos.








•••

—Alie?! Papá?

-Hey... estaba despidiéndome de tú padre.

—papá tengo buen ojo ah?!

Joseph- excelente ojo tienes hijo. _ríe

–Papá te veré mañana okay?! Descansa has hecho mucho hoy.

Joseph- espero verte más seguido Alicita

—¿Ya le has puesto apodo?

-Me gusta! Me queda mejor que Alie

Joseph- Hey! Dile a tu papá que no se olvide que aún soy su socio.

—Papá! Descansa, te quiero.

 Virgen Embarazada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora