-Capítulo 7-

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A la mañana siguiente, Emma se despertó por el sonido de su alarma. Dio un pequeño brinco e instintivamente sintió la necesidad de acariciar sus labios, la noche anterior fue un complot de emociones y más que nada aquel sueño con su "hermano Ray" le había dejado perpleja.

—A-caso... ¿Ray me besó anoche?... o fue solo un sueño porque de ser así, se sintió tan real... ¡No digas tonterías Emma eso es imposible! él y yo somos her- hermanos. —Se cuestionaba ella misma.

Una sensación extraña se albergaba en su pecho, se sentía sofocada, avergonzada y confundida. El contacto con los labios del moreno lo sentía latente, tan puro y sincero, pero muy en el fondo sabía que todo esto era imprudente.

¿Ella enamorada de Ray?, ni siquiera entendía bien el sentimiento del amor, aun así, tenía conocimientos de ello por las novelas literarias que solía leer en sus tiempos libres. Pero experimentarlo, todavía no se sentía capaz o al menos hasta que no se dé cuenta por sí misma.

Se arregló para ir a la escuela, bajó las escaleras hacia el comedor y vio como Ray preparaba hot cakes junto con Alfred.
Al ver aquel bello perfil y profundos cabellos azabaches meneándose al compás de sus movimientos, hizo que su cara se pusiera roja.

—¿So- solo fue un sueño verdad? Ray no sería capaz de... besarme —pensaba al verlo de re ojo. Tendría que cambiar de actitud, pues a pesar de la naturaleza estoica de Ray, él era bueno para intuir y descifrar los sentimientos de Emma.

Movió la cabeza de un lado al otro, paso saliva y puso su típica sonrisa tan cálida como siempre.

—Buenos días, Ray —Buenos días Abuelito.

—¡Emma buen día! contestaron los dos varones al mismo tiempo.

Alfred preparó el plato de Emma y la invitó a que tomará asiento. Su desayuno favorito era hot cakes con miel, un par de huevos revueltos y un batido de plátano con algo de fruta picada.

—Hija, ya está tu desayuno sírvete por favor.

—Gracias abuelito—respondió mientras cortaba una tajita del hot cake. Sus ojos inconscientemente se posaron sobre el moreno quién continuaba parado frente a la estufa preparando sus huevos revueltos.

Cuando Ray terminó de hacerse su desayuno, Emma desvió su mirada para evitar contacto visual, un leve sonrojo tinturaba sus dulces mejillas.

—Ayer te quedaste dormida, tonta. Ray revolvió los cabellos rebeldes de la chica mientras tomaba asiento.

—Yo... lo siento estaba muy cansada, no volverá a pasar.

—Emma, por cierto, —Alfred habló mientras sorbía un poco de su café. —¿no tenías tarea que hacer?

—Ah sí, el profe Lucas nos mandó a leer un cuento "El principito" y contestar unas preguntas.

—¿Y la hiciste? Cuestionó Ray.

—Off por supuesto que hice la.... ¡No puede ser no hice la tarea! La pelirroja se levantó de su asiento y clamo por ayuda. ¡Ray ayudaaa!

—Tonta, por supuesto que no la hiciste te habías quedado tan dormida que tus ronquidos eran un fastidio por toda la casa.

—¡Ray ayudaaameee! Suplicó con un pequeño puchero.

—No tienes remedio. Yo hice tu tarea Emma.

—¡Qué! ¿enserio?

—Sí, ni siquiera me demoré en responder las preguntas, además las escribí como sueles hacerlo, pésimo con toda tu fea letra como de costumbre.

Emma no dudó en correr a darle un abrazo a Ray como muestra de gratitud. Se había olvidado de aquel "sueño" por breves instantes, pero el azabache tan solo quedó rígido ante el contacto de la pelirroja. Sin darse cuenta, ambos estaban sonrojados, Emma se separó de él, rascó su nuca y dijo:

—Y-o.... yo lo siento mucho, es solo que me emocioné un poco. Seré más responsable la próxima vez.

— no.... es nada, Emma.

Alfred veía a sus dos nietos totalmente avergonzados ante sus acciones, le parecía tierna la escena que estaba presenciando, pero, tampoco le podía dar la libertad a Emma de hacer a sus anchas lo que quería, y a Ray en "mimarla". Bajo su postura, los retó.

—Ray, no mal enseñes a Emma, la próxima vez debe ser responsable de sus actos y tú, pequeña, antes de dormir "plácidamente" debes encargarte de tus tareas escolares. ¿entendido?

— ¡Entendido! Contestaron ambos.

Tomaron sus cosas, y se subieron a la vieja camioneta de su abuelo para partir hacia el colegio. Una vez ahí, se despidieron de Alfred y fueron directo a su salón topándose con sus dos amigos Don y Gilda.

—Buenos días chicos, exclamaba una peli verde con una gran sonrisa acompañada de Don.

—Que tal chica, han visto a ¿norman? Preguntó Emma.

—Vaya ni bien entramos a clase y ya preguntas por él, vamos Emma cuanto más tardaras en confesarte a Norman.

Ray al escuchar, se quedó secó ante las palabras dichas por Don.

《 ¿entonces esto quiere decir que a Emma le gusta norman? Se cuestionó internamente 》

—Ray ¿estás bien? Dijo Gilda tocando suavemente su hombro, esperando obtener respuesta.

—Ah, sí lo estoy. No es nada Gilda, no te preocupes.

—¡Oye Don! — intervino la oji verde- ¿a qué te refieres con declararme? Norman es un gran amigo yo lo quiero mucho, así como a te quiero a tí y a Gilda.

—¿Y Ray? Cuestionó la mencionada.

—¡Ra-ray es mi hermano! Emma se puso roja ante las insinuaciones de su amiga, agarró su bolsito y fue directamente a su puesto.

Gilda podría ser ingenua en algunas ocasiones, pero, se percató de las reacciones de sus dos amigos. Imprudente no era, así que tal vez les haría un seguimiento para confirmar sus "sospechas".

La clase había iniciado con Lucas sensei, profesor que impartía la cátedra de literatura. Antes de empezar su clase, correo la lista como de costumbre, hasta que llegó al nombre de Norman.

—Norman Ratri. ¡Oh vaya no sé ni para que lo menciono! Exclamo el profesor torpemente.

—¿Sucedió algo con norman? Intervino Emma preocupada por su amigo.

—Hump... sí, olvide mencionar que nos llegó una llamada de su casa, Norman pescó un resfriado, ya saben su salud es delicada, así que por favor Emma y Ray después de clases vayan a dejarle su tarea.

—Entendido— respondieron los chicos.

Lucas continuó con el resto de la lista hasta que finalmente nombró a todos sus alumnos. Se levantó del escritorio y dio por iniciada la clase. Le gustaba mucho la participación en clase por parte de los chicos, recorría todo el salón haciéndoles preguntas sobre el texto que les mando a leer.

Preguntas como:

¿qué te pareció el texto? ¿qué frase te llamó más la atención? Retumbaban en el salón.

Y, en efecto, Emma se dio cuenta de que su tarea estaba hecha. Inclusive Ray se había encargado de imitar su no tan agraciada letra, que a comparación a la de él, esta era más detallada y con estilo cursivo.

La pelirroja dio una hojeada al banco de preguntas para tratar de memorizar rápidamente las respuestas, pero una peculiar nota escrita a lápiz en la parte inferior de la carilla llamó su atención.

"Emma, pequeña cabeza de chorlito la próxima vez te daré un coscorrón si no haces tus tareas escolares"

Posdata: borra esta nota en caso de que el sensei lo recoja.

Definitivamente aquel pequeño gesto realizado por el azabache provocó una enorme sonrisa en sus labios.

gracias Ray, susurró para ella misma.




Continuará...




Amor de Infancia [rayemma]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora