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Todo transcurrió normal ese día. La clase aburrida como siempre. Lo único que hacía era sumergirme en mis pensamientos mientras dibujaba en mi libreta de apuntes. Era de una manera u otra, terapéutico.
Las materias pasaban y todo era igual de monótono. Tocaba el timbre, se oía un barullo de gente hablando entre sí, y yo, no hacía nada. Siempre me quedaba mirando la libreta, con la cabeza gacha, impidiendo que lo que sea que estuviese pasando al rededor mío no entrara en mi burbuja de pensamiento.
De repente, Hoseok se da la vuelta y me habla con un tono energético. No pude distinguir qué quiso decirme. Estaba tan concentrado en el vacío de mis pensamientos que no me percaté que había intentado hablarme también en el anterior recreo. Desconcertado, miré hacia adelante, con un leve movimiento de cuello y con cara de no querer hablar en ese momento.
-Querés que te lo repita? Parece que estabas muy concentrado haciendo... Lo que sea que estuvieses haciendo. -Dijo Hoseok sin perder la esperanza de entablar una conversación conmigo.
-Lo siento. Estaba pensando en algo -Dije, intentando que no se notara lo perdido que estaba en ese momento. Volver al mundo real después de tanto rato mirando a una libreta en blanco, como en trance no era fácil.
-Bueno, me presento. Soy Hoseok, y tú debes ser Yoongi, según lo que escuché por la profesora de historia. -Dijo Hoseok con su característico tono energético.
-Sí, estás en lo correcto. ¿Qué se te ofrece? -Pregunté.
-Nada. Soy nuevo y supongo que estaría bueno hacer un nuevo amigo. Pareces alguien tímido, pero en el fondo simpático. ¿O no?
-En ese momento no podía entender por qué me consideró como una persona así, a primera vista. Se acercaba un poco a lo que era la base de mi personalidad. Cuando estoy con gente de confianza, o en ánimos, puedo hasta llegar a ser divertido. Pero cómo se supone que lo sea cuando tenía que ir todos los días a esa secundaria sólo para sentirme mal, solo, inseguro de mí mismo y con constante miedo a que viniera alguno de los dos abusones a golpearme, y al llegar a casa intentar dormir lo más temprano posible para poder escapar de la realidad? En fin.
El llegados a ese punto, el recreo ya se había acabado. Eran recreos de 5 minutos entre materia y materia para que los alumnos pudiesen sacar sus cosas para la próxima materia, y para que los profesores pudiesen instalarse en el nuevo salón.
Y así, pasaron otras tres horas. Yo seguía pensando en nada. Por momentos me ponía a pensar en llegar a casa, escuchar a mis padres pelear, a mi hermano llorar... A veces simplemente me gustaría tener una familia funcional.
También pensé en qué querría ese chico quien ya se me había olvidado el nombre. Hablarme a mí? Habiendo muchos otros chicos más animados, más amistosos, y más sociables que yo? Tarde o temprano se iba a dar cuenta que no valgo la pena, así que ni me preocupé en advertirle.
Llegó el almuerzo. Odiaba los almuerzos. Además de tener que comer solo y aburrirme por una hora entera, sabía que iban a venir Seungmin y Hyunseok a molestarme. Ya llegados a ese punto sólo esperaba a que llegaran, para que me tiraran la comida, me agredieran ya sea física o verbalmente, y que se fueran, saliéndose con la suya, siendo los "populares" del salón. Qué estúpido.
Aunque ese día fue un tanto diferente. Desde que empezó el almuerzo, Hoseok estuvo conmigo. En ese momento me sentí seguro. Dejé de sentirme tan vulnerable. Él no dijo ni una sola palabra para intentar respetar el silencio, pero tenía ganas de hablarle. Al fin y al cabo, el ser humano es un ser sociable, no?
-Hey, por qué no vas con los otros chicos? Anda y mira como se divierten. Seguramente te puedas integrar bien, y no estarás conmigo en un silencio tan aburrido.
-Porque no quiero. A mí también me gusta el silencio, y además me caes bien.
-En ese momento me sentí realmente bien. No era solo que no estaba solo en un almuerzo, sino que había alguien conmigo a quien le caigo bien y eso de cierto modo me daba seguridad, pero matones ya tardaban en llegar.
Ni bien los ví me entraron ganas de llorar. Me recordaban de lo miserable que era mi vida en ese momento. De lo miserable que era yo en ese momento.
Pero algo raro pasó. Hoseok se levantó a intentar entablar una conversación con ellos, y se pusieron a hablar. Así como así.
Luego, al cabo de unos minutos salieron de la clase y ya no estaban más a mi vista.
Me sentí bien en ese momento, cosa que era extraño, y más aún estando en ese lugar tan odioso. Por qué ellos justo ese día decidieron no molestarme? No sabía. Simplemente recé por que pasara más seguido.
Después del almuerzo, quedaban 4 horas de clase de corrido, las cuales predeciblemente, me quedé mirando mi libreta, haciendo garabatos, sin prestar atención, en mi cálida burbuja de pensamiento.

battle scars - [Sope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora