-¿Te rindes?
-Ni ahora, ni nunca.
No iba a rendirse, no lo había hecho los años que Mark estuvo desaparecido, había viajado por todos lados junto con Namjoon y en solitario siempre que hallaba una pista del fuerte omega tigre del que se había enamorado perdidamente y ahora que lo tenía no iba a renunciar por una pelea con su madre adoptiva.
Mark no había sido lo que quería en un omega pero era lo que necesitaba, antes pensaba que un omega tranquilo, sumiso que lo obedeciera en todo era lo que quería, más después de conocer a Mark entendió que un omega con esas características lo aburriría y sus días serían tedioso. Con Mark no sabía lo que iba a pasar, ni que pelea tendrían y las disfrutaba demasiado, adoraba la expresión que su tigre hacía cuando estaba enojado y luego la pequeña sonrisa en sus labios que ocultaba al voltear su rostro a un lado derretía su corazón hasta quedar un charco en su pecho.
Al levantar la vista, Jiyeon, la omega conejo, madre adoptiva de Mark lo miraba sin expreción alguna en su rostro, mas en sus ojos centellaban la curiosidad, algo de resentimiento pero sobre todo el más puro desafío dominaba aquellos orbes negros.
-Ataca entonces-su voz delicada contrastaba totalmente con los movimientos que pese a ser delicados hasta el punto de verse suaves como una brisa, eran fuertes y certeros, cada golpe que lanzaba con uno de sus abanicos abiertos, hechos totalmente de una delgada y fina tela con hilos de plata entretejidos, cortaba la piel del alfa. Los golpes con los extremos de sus abanicos cerrados lo derribaban como si fuera un cachorro novato en pleno entrenamiento.
Hasta ese momento Jackson se había abstenido de golpearla y de atacar pero su táctica de evadirla debilitaba su cuerpo y si sus cálculos eran correctos iba a perder la pelea en cualquier momento si dejaba que sus abanicos tocaran una vez más su cuerpo.
-¡Jackson!-la voz de Mark vino a él de alguna parte de aquella habitación bajo tierra donde lo habían arrastrado apenas tocó territorio de los felpudos conejos-¡debes atacar!
-Mi hijo tiene razón, si no atacas no ganaras y si no me vences no tendrás mi permiso para cortejar a mi pequeño retoño de acacia, además de que deberás quedarte para trabajos forzados y como mi lacayo personal y como te habrás dado cuenta no soy nada amable.
Con dificultad Jackson volvió a ponerse de pie, limpió el sudor que tenía en su frente y fue por la omega conejo, en medio de su carrera cambió a su forma animal. Si la omega que dirigía la madriguera quería pelea, él se la daría, no estaba dispuesto a perder la única oportunidad de recuperar a su compañero, demostraría que era digno de tener el permiso de la madre de Mark para cortejarlo.
Jiyeon permaneció en su lugar en tanto un enorme tigre de más de tres metros corría hacia ella a toda velocidad con sus fauces abiertas listo para atacar con toda su fuerza. En el momento en el que el tigre estuvo a menos de un metro la omega conejo saltó 8 metros hacia arriba alcanzando las vigas de metal que sostenían el techo de la habitación de entrenamiento bajo tierra. Al mirar hacia abajo el tigre alfa que pretendía ser el compañero de su pequeño retoño de acacia volvió a cambiar a su forma humana y corrió en dirección a una de las paredes donde trepó por una columna de metal con el fin de llegar hasta ella.
Por fin ese tigre estaba atacando, podría detener la lucha en ese momento más decidió divertirse un poco con el alfa, de todas maneras debía hacerlo pagar por los desplantes que le había hecho en el pasado a su pequeño.
Uno frente al otro se miraron por un momento, ambos parados sobre las vigas de treinta centímetros de ancho esperando y analizando a su contrincante esperando el momento para atacar. Jackson fue el primero en avanzar, sus pies ágiles pisaron una a una las vigas que entretejidas resultaban ser una trampa. Si Jackson fallaba un paso quedaría a merced de la conejo que además de portar una velocidad impresionante resultaba ser una contrincante cruel y para nada compasiva.
Sin fallar Jackson avanzó por las vigas agachándose cuando una de las vigas se interponía en su camino y saltando cuando tenía que hacerlo. Al llegar cerca de Jiyeon dirigió una de sus manos a una viga que se encontraba a la altura de su pecho, simuló usarla para saltar sobre ella para llegar hasta ella pero en el último momento dirigió la otra mano a otra viga sobre su cabeza, dirigiendo así uno de sus pies al estómago de la omega quien esperaba otro movimiento de su parte. Jackson acertó con su patada desestabilizando a Jiyeon que dio un paso hacia atrás, sin embargo soltó un abanico para sostenerse de una viga que estaba sobre su cabeza para no caer, al mismo tiempo con su otra mano lanzó su abanico abierto en dirección a Jakcson que apenas y pudo evitarlo, ganándose así un corte profundo en una de sus mejillas.
Estaba claro, ninguno de los dos iba a retroceder en ese momento. Jiyeon una vez estuvo totalmente estable con ambos pies sobre la viga fue en dirección del alfa, al llegar lo suficientemente cerca lanzó uno de sus pies en su dirección pero su golpe fue evitado, por lo tanto dándose media vuelta en ese mismo instante se sujetó con ambas manos a una viga y levantó el otro pie dando esta vez una patada en el rostro del alfa quien no esperaba que fuera así de rápida y flexible.
-¡Madre!-la voz de su pequeño retoño de acacia vino a sus oídos cuando estaba a punto de hacer caer al alfa del techo-¡ya basta!
Jiyeon volviendo a sus sentidos retrocedió con el objetivo de respirar y calmar su instinto de pelea, había llegado muy lejos con el futuro compañero de su hijo, si avanzaba el último paso lo habría hecho caer, no iba a morir pero si se habría lastimado mucho, tal vez un par de huesos rotos.
-Lo siento-con voz entrecortada alargó una de sus manos en dirección del alfa tigre, quien con algo de desconfianza la tomo-felicidades, has ganado el permiso para cortejar a mi preciado hijo-prosiguió con una leve sonrisa que desapareció al decir lo siguiente-pero si vuelves a hacer algo para dañar su corazón o su cuerpo voy hacer que te arrepientas de haber nacido.
-Prometo no volver a dañarlo, lo juro.
-Espero que seas un alfa que cumple con su palabra.
-Lo soy.
-Bienvenido a la familia entonces.
Sin entender qué es lo que había pasado, Jackson aceptó la ayuda de Jiyeon para ponerse de pie y bajar del techo. Al mirar atrás antes de usar la misma columna de metal para bajar observó a la omega saltar del techo al suelo con mucha facilidad. Al mirar a la omega que dirigía la madriguera entendió la forma de ser de Mark, ella era fuerte, altiva, orgullosa de su fuerza y una total molestia. -Definitivamente las manzanas no caen lejos del árbol-dijo en voz baja para él mismo, pero en su mente aún quedaban algunas preguntas. ¿Por qué se detuvo al momento de dar el último golpe y por qué le dio su permiso si había perdido?, y la más importante, ¿qué pasó con los verdaderos padres de Mark?
Con aquellas preguntas rondando su cabeza terminó de bajar del techo y al dar media vuelta ahí estaba su precioso omega con una expresión pétrea en sus facciones pero sus ojos revelaban lo preocupado que estaba por él, se parecía bastante a Jiyeon en eso.
-Perdí-fue lo primero en decir con una sonrisa en su rostro cuando estuvo cerca de Mark.
-No ibas a ganar de todas formas, mi madre es muy rápida y en el techo tenías menos probabilidades, aunque lograste golpearla, eso fue impresionante.
-¿Te asombras por un golpe?
-Claro, eres el primero en tocarla, nadie lo había hecho antes.
-¿Me quieres decir que tenía cero por ciento de probabilidad de vencerla?
-Ella siempre gana.
Jiyeon por si no la conocen pertenecía a un grupo llamado T-ara, la adoro.
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¿Puedes ser mío otra vez? Markson
FanficSecuela Soy de tu Propiedad. Jackson un cambiante tigre, centinela de la manada de tigres dirigida por Kim Bum, encontró a su compañero en un omega fuerte, valiente, descarado, alguien que no necesitaba protección alguna. En su mente todo estaba ma...