Rosa Carmesi

Capítulo 3: Hechiceras y vampiros

Serena se hallaba frente a un gran grupo de jóvenes que la veían como a un bicho raro la pelinegra vio hacía abajo intentado encontrar lo que sus nuevos compañeros veían pero nada le pereció fuera de lugar.

— Señorita Tsukino tome asiento por favor – pidió el maestro.

— Claro – dijo la chica y camino hacia el fondo del aula donde había un sitio vacío a lado de la ventana se sentó y la clase empezó oía al maestro hablar y hablar pero todo le resultaba tan aburrido que poco a poco se fue sintiendo más aletargada cada vez se iba dejando arrastrar más al mundo de los sueños y cuando menos se lo espero estaba completamente dormida.

Corría por un bosque podía oír una voz que le resultaba conocida llego hasta un claro cuatro personajes se hallaban allí; tres hombres y una mujer, uno de ellos tenía el cabello muy largo y estaba atrapado en un círculo rodeado de fuego grito con todas sus fuerza y las incontrolables lagrimas le nublan la vista unos ojos azules chocaron con los suyos y una sonrisa afilada se grabó en su mente vio a los sujetos que atacaban a aquel joven gritar y desesperarse.

— Serena – oyó una voz lejana.

— No – decía la niña al joven de cabello largo fue sujetado por gruesas cadenas negras que empezaron a arrastrarlo hacia un oscuro agujero.

— Serena – dijo nuevamente esa voz.

— No me dejes – decía la niña estirando su mano he intentado alcanzarlo, el joven la miro con desesperación y culpa por dejarla sola, las lágrimas no dejaban de fluir.

— Serena – repitió la voz con mas insistencia.

— ¡No Seiyaaaa! – grito abriendo los ojos. Una fuerte corriente de aire ingreso por las ventanas y lanzo todos los cuadernos y demás papeles al suelo, las chicas gritaron asustadas y el maestro se quedó perplejo.

Serena abrió los ojos asustada se limpió las lágrimas que había derramado, no sabía porque pero sentía que aquello era culpa suya, todos los alumnos recogían sus cosas pero una de las chicas que se sentaba en el asiento contiguo al de la pelinegra no podía apartar los ojos de la chica, estaba segura de que cuando esa niña despertó el viento azoto su salón podía cualquiera pensaría que fue coincidencia pero ella no creía en las coincidencias.

Los alumnos se hallaban en el descanso. Rei acompañada de Amy su mejor amiga y Kelvin "el chico de los mandados" como lo llamaba amablemente la pelinegra, se hallaban disfrutando de su almuerzo en el patio, un grupo de chicas paso por allí y Rei oyó parte de una conversación sobre el extraño incidente que había ocurrido en la clase 3-C , la pelinegra achico los ojos estaba segura que ese era el salón en que estaba el fenómeno.

Serena se hallaba en la azotea, había estado llorando y recordaba esos ojos tan azules pero no podía recordar nada más cerro los ojos y apoyo la mano en la malla que rodeaba la azotea de la escuela.

No muy lejos una chica de cabello rojo y ojos verdes la miraba con curiosidad e interés, Serena suspiro y una suave brisa le revolvió el cabello y acaricio su piel por un momento la pelinegra sintió una cálida mano acariciar su mejilla, la puerta que conducía a la azotea se abrió bruscamente y Rei camino molesta hacia la joven.