Seis

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Perth lo tenía todo pensado, así que ya con el anillo más bonito que encontró, salió de la tienda y organizó la noche perfecta.

Quería sorprender al omega como nunca, así que pensó en un paseo bajo las estrellas, una cena romántica en el restaurante preferido de Saint y tras el postre declararse y pedírselo.

El omega no sospechaba nada pues él pensaba que sería una noche como otra, aunque veía al alfa un poco nervioso y aunque le había preguntado, este le decía que no era nada.

Los dos pasearon bajo las estrellas, luego llegaron al restaurante y pidieron sus platos favoritos.

...—Perth, no me gusta que gastes el dinero en caprichos... Podíamos haber ido al bar de la esquina, el de al lado de la Universidad...Debemos ahorrar para cuando nazca el bebé,  necesitaremos cada moneda.

—No te preocupes por eso mi amor...Mi abuelo me dejó mucho dinero ¿recuerdas?... A nuestro hijo no le faltará de nada, tranquilo—dijo este cogiéndole la mano y acariciándosela.

Disfrutaron de su cena y entonces llegó el momento del postre, Saint se pidió un trozo de tarta de chocolate y el alfa uno de tarta de manzana.

Cuando el camarero los trajo, el castaño no esperó para probar el suyo, tenía antojo de dulce de chocolate y se veía delicioso, así que cogió una cucharada y se la metió en la boca, soltando un gemido de placer tan erótico que el alfa que estaba levantándose para arrodillarse, casi se cae al quedarse con la boca abierta.

—Joder amor... si que está rico esa tarta—dijo este riéndose mientras se arrodillaba por fin.

—Lo siento, amor... es que está delicioso pero dime, ¿qué haces ahí en el suelo?.—preguntó el omega extrañado.

—Cariño, yo....emm...te qui-quiero y...—balbuceó nervioso mientras sacaba la caja con el anillo— ...y...emm vamos a tener....vamos a tener un hijo....entonces....emm ¿qui-quieres ca-casarte conmigo?.—dijo finalmente abriéndola y mostrándole el anillo.

Saint que hacía rato que lo observaba con los ojos llenos de emoción y una sonrisa de oreja a oreja, sonrió y muy feliz asintió fervientemente.

—Oh siiiii..., claro que si mi amor... claro que me cansaré contigo—el omega extendió su mano para que el alfa le pusiese el anillo en su dedo.

La pareja terminaron sus postres cogidos de la mano y luego llenos de felicidad se fueron a su habitación.

Ya en la cama, Saint acarició su panza suavemente.

...—Cariño, ¿recuerdas lo que dijo el médico?.

—Si, lo del descanso y los antojos, claro cielo—contestó Perth  acomodándose junto a su cuerpo.

El omega rió.

—No...no...eso no tonto.

El alfa entonces levantó la cabeza y lo miró sin entender.

—Ah..¿no?

El castaño chasqueó la lengua muy sonrojado.

—No, yo me refiero a lo otro... a lo de la marca—dijo vergonzoso.

El alfa se incorporó y se sentó en la cama apoyando su espalda en el cabecero.

— Ah si, lo de que la marca era necesaria para el bebé...si, ya me acuerdo pe-pero no te preocupes no tenemos prisa—dijo este mirándolo tranquilamente pues no iba a obligarlo a nada, si eso era lo que el omega temía.

—Es que...es que si que quiero...quiero que me marques Perth— dijo sorprendiendole —...quiero llevar cuanto antes tu marca y que nuestro bebé crezca feliz bien y sano.

13. Esperando a mi omega - parte Dos - Zaintsee//Pinson - Omegaverse - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora