Esta es la segunda parte de la historia.
Zee Pruk, es un temilble alfa pura sangre multimillonario y muy poderoso. A lo largo de su vida se ha ganado muchos enemigos y también a levantado muchas envidias. Un día todo cambia y de un momento a otro se...
Saint no quería moverse del lado de su esposo y le mantenía la mano agarrada desde que le habían permitido verlo.
Había sido una operación muy complicada pues tras las pruebas realizadas, le habían detectado un tumor maligno en la cabeza y lo habían intervenido rápidamente.
Los médicos aún no sabían cómo reaccionaría su cuerpo tras la intervención pues cada paciente era un enigma y aunque él era un alfa muy fuerte, todo podía pasar.
...- Por favor vete a casa y descansa un poco- dijo Can muy preocupado por este-...Yo me quedaré y si por un casual él se despierta, te llamaré enseguida.. No te preocupes y ve un rato a casa con Anne.
El castaño negó rompiendo a llorar una vez más.
-No, Perth no me abandonó en ningún momento y yo no voy ha hacerlo tampoco... Quiero estar aquí cuando él despierte, quiero que sepa que estoy aquí... Además tú puedes traerme algo de ropa y sé que la niña está en buenas manos, vosotros la cuidais muy bien, no tengo problema por ese lado.
-En serio, amigo te vas a enfermar.... Perth sabe que estás a su lado y comprenderá que si al despertarse no estás aquí, será porque has ido a casa a descansar y a comer algo, no porque no hayas querido estar...El médico te ha dicho que aunque le hayan estirpado el tumor que tenía en la cabeza, no todo el mundo reacciona igual.. Puede que permanezca en estado de coma durante varios días más....por favor, estar aquí día y noche sin apenas comer y sin descansar bien, solo hará que te enfermes, hazme caso...
Finalmente después de mucho insistir, Saint obedeció y se fuese a su casa para descansar un poco, ducharse y regresarse más tarde y aunque había refunfuñado hasta el cansancio, con la recomendación del médico terminó cediendo.
Una hora más tarde, este entró en su casa, donde se duchó, se cambio de ropa, comió algo y descansó un ratito en el sofá, luego más tarde se pasó un rato a ver a su hija en la casa de Can y Tin y le agradeció su ayuda.
El alfa había estado llevado a la niña durante esos días a la guardería, antes de ir a su trabajo y en las horas libres, la habían entretenido con juegos y películas Disney para que esta no echase tanto de menos a sus padres y no estuviese llamándolos continuamente.
Al ver a su padre Anne soltó su juguete rápidamente y corrió a sus brazos tan pronto lo escuchó saludar a su tío Tin.
-¡Papi papi!-gritó yendo hacía él.
-H-Hola pre-preciosa- dijo este abrazándose a su hija y echándose a llorar.
Perth y ella era idénticos exceptuando los ojos, verla llorar abrazada a su pierna le era muy doloroso pues además de tener su pelo negro y sus mismas facciones, también tenía el carácter bondadoso y complaciente como el del alfa.
Pasó un tiempo allí con ella pero finalmente regresó al hospital, dónde comprobó que este seguía sin cambios, al igual que en los tres días siguientes.
En total pasó una semana entera desde la operación hasta que éste se despertó, entonces los médicos le hicieron un nuevo TAC cerebral y al parecer el tumor no había brotado, aunque no podían asegurarle de que no volviese a reproducirse algún día en el futuro.
El sufrimiento no quedó ahí pues tras abrir los ojos el alfa no había sentido sus piernas y al parecer ese era una secuela que aunque no era definitiva, si era dolorosa y complicada, ya que tendría que someterse a una dura rehabilitación para conseguir que sus piernas volviesen a ser lo que eran.
Unos días después, le dieron el alta y el alfa regresó a su casa, aunque aún estaba convaleciente, por lo que necesitó bastante cuidados.
Saint decidió que apartaría su carrera y se dedicaría a su marido, como este lo había hecho antes pero el alfa no se lo podía permitir y finalmente logró convencerlo.
Como alternativa contrataron a una enfermera que lo ayudó cuando el omega no estaba y podía estar tranquilo mientras seguía estudiando pues tan solo le quedaban dos años y era una pena dejarla a medias.
El alfa sabía muy bien que era la ilusión de su vida y que convertirse en un profesor y algún día regresar a su pueblo donde se crió, era su sueño.
El moreno tenía mucha fuerza de voluntad y paciencia, aunque a veces quiso tirar la toalla y darse por vencido pero el amor de su omega y el de su pequeña hija, hicieron que no perdiese la esperanza en ningún momento.
Para no amargarse en el aburrimiento, este retomó con fuerza su sueño frustrado de la adolescencia, la música.
Pasaba su tiempo entre instrumentos musicales pues siempre le había gustado tocar la guitarra y cantar pero lo había dejado apartado, su abuelo había sido su fan numero uno y cuando este murió no había vuelto a tocar.
Este desembaló sus viejas guitarras y la verdad es que lo hacía realmente bien, ya que en ocasiones deleitó a su pequeña familia y a sus amigos con algunas canciones que había compuesto.
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Tras unos duros meses de rehabilitación, el alfa consiguió que sus piernas volviesen a ser lo que eran y ya pudo valerse por sí mismo.
La pareja muy feliz volvió a disfrutar plenamente de su pequeña familia y de esa nueva oportunidad que la vida le había regalado.
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