Dieciséis (copia)

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He vuelto a publicar este capítulo pues al parecer hay varias personas a las que no les salió la primera vez, espero que ahora si lo puedan leer.

❤❤❤

...............

La pequeña Anne hizo lo que Zee le había indicado; cerró bien con llave las dos puertas y aseguró las ventanas con el pestillo, como había visto hacer a los trabajadores anteriormente.

Toda la noche estuvo escuchando a su padre llorar y quejarse llamando a su alfa, estaba asustada pues nunca lo había visto así pero esperaba que este amaneciese mejor.

Finalmente ya en la mañana, la pequeña quedó dormida en el nuevo sofá de la sala, ya que ni siquiera se había ido a estrenar su nueva camita.

Saint se despertó muy aturdido cuando casi anochecía, entonces salió de su habitación y fue al salón donde se encontró a su pequeña.

-Anne, cariño...despierta- le susurró éste tocándole la mejilla suavemente.

La niña abrió los ojos y lo miró con gran alegría.

-¡Papi!... ¡papi, ya estás bien!, ¡no te fuistes con papá y con la abuelita!.-gritó lanzándose a su cuello para abrazarlo.

-No mi amor, claro que no... Es solo que tu estúpido papi se olvido de seguir tomando los supresores y por eso tenido el celo tan terrible.

-¿Qué es celo papi?, ¿El médico que te vio también dijo que tenías eso?, ¿Yo también lo tendré?-preguntó confusa.

-¿Médico?, ¿cuándo vino el médico?-El omega también estaba confundido-... y-y ahora que lo pienso, ¿cómo es que llegué aquí?.... Lo último que recuerdo, es que paseabamos por el campo.... Ah ya sé... avisaste tú a los trabajadores y fueron ellos los que me trajeron ¿verdad cariño?.

La pequeña negó con la cabeza y luego sonrío.

-No papi, fue nuestro vecino, el señor Zee... Él fue quién llamó al médico y dijo que tenías el celo, entonces nos trajo en su coche y me dijo que cerrase todo bien para que no nos pasase nada malo.

-¿Zee?, que yo recuerde, el hijo de los Jackson se llamaba Samuel-habló confuso el omega.

-No papi, el dijo que se llamaba Zee Pr..Pr... no me acuerdo ahora pero era muy guapo, casi tanto como papá-dijo la niña levantándose del sofá.

El castaño ni siquiera pensó por un segundo en la posibilidad de que este podía ser Zee Pruk, el alfa que había amado en el pasado pues lo hacía viviendo la gran vida en Bangkok rodeado de hermosas omegas y gastando sin control su fortuna en banalidades.

-Bueno da igual mi amor, ahora vayamos a comer algo y mañana iremos a darle las gracias-dijo este yendo hasta la cocina y tomándose un supresor con un vaso de agua.

Tras tomarse todo lo que tenía en su plato, Anne fue a su habitación y se puso su pijama, se lavó la cara y luego regresó con su padre.

A la mañana siguiente, el omega escuchó tocar a la puerta y el omega se sobresaltó.

-¡Papi!...¡papi!, a lo mejor es él-corrió entusiasmada la pequeña hacia la puerta-...Zee me dijo que vendría a vernos.

Saint entonces miró por la ventana y vio que era el capataz de los betas que había contratado y entonces le abrió la puerta.

-Bu-Buenos días señor Suppapong, veo que ya está usted mejor, me alegro pe-pero ¿podremos continuar hoy con el trabajo? o vendrá de nuevo ese alfa a gruñirnos.

-¿Quién les gruñó?, ¿qué alfa?-preguntó confuso el omega, odiaba haber tenido un celo tan fuerte que incluso le era imposible recordar lo sucedido.

-El alfa que lo trajo, señor...Parecía estar en celo también, de hecho yo pensé que estaría aquí con usted y que....bueno usted ya me entiende-dijo mirando a la niña.

-¡Zee!... papi te lo dije, ese era él pero solo les gruñó porque tenía miedo-habló la niña desde su inocencia, mirando a su padre - ...pero yo le dije que no les temiera, que solo eran trabajadores y que no nos harían nada.

El omega sonrió.

-Mi niña valiente-dijo acariciándole la cabecita-...Anda cariño, vete a coger una chaqueta que fuera refresca-volvió a decirle.

Tras irse la pequeña el omega miró al capataz beta.

-¿Dijo que ese tal Zee era un alfa y que estaba en celo también?-pregunto intrigado.

-Si claro, apestaba a alfa... Además tenía los ojos oscurecidos y gruñía molesto, mientras lo sujetaba a usted en brazos... Si no supiese que es viudo, creería que ese tipo era su alfa actuando como tal, aunque me extrañó mucho que se controlase tan bien, nosotros apenas pudimos resistirnos de no ser por él-habló el capataz recordando.

Saint se quedó pensativo, la verdad si que era extraño que un alfa desconocido rechazara follarse a un omega en celo y de repente fue consciente del peligro que había corrido su hija y él mismo, por la simple estupidez de dejar de tomarse los supresores.

Ahora más que nunca tenía curiosidad por conocer a ese vecino y agradecerle todo lo que había hecho, ese autocontrol no era habitual en los alfas, de hecho solo había conocido uno que lo tenía y ese había sido su difunto marido, Perth.

Este le había confesado tiempo después de casarse, que incluso ya lo amaba cuando eran simples amigos y por eso había podido controlarse y no lo había tomado a la fuerza.

-Papi, ya estoy lista-escuchó decirle a su pequeña-...Mira voy a regalarle esto a Zee por ayudarte y traernos, ¿Le gustará verdad?.-dijo la niña enseñándole un dibujo de un caballo, que había hecho días antes y en el que acababa de escribir el nombre del alfa junto a un corazón rosa.

-Seguro que le encantará, mi amor.-dijo su padre sonriendo.

-Papi, ¿y tú qué le regalarás por ayudarte?-preguntó curiosa.

-Oh pues yo....emm, no sé....emm quizás.. ah ya sé....¿qué tal si lo invitamos a cenar una noche de éstas?, ¿qué te parece?.

-¡Siii... papi siii...! Y le hacemos el pastel de manzana, ese que le gustaba tanto a papá-dijo entusiasmada la pequeña.

-Claro cariño, es una buena idea...Haremos el pastel de papá si quieres-dijo el omega en un suspiro entristecido.

Finalmente el omega y su pequeña hija salieron de la casa con rumbo hacia la granja del misterioso alfa, el cual los había ayudado tan amablemente.

13. Esperando a mi omega - parte Dos - Zaintsee//Pinson - Omegaverse - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora