Día 9: ¿Traición?

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- ¿Que pasa? ¿Donde está Key? - Pregunto angustiado.
- Tomó el auto mientras nosotros aún estábamos adentro y se ha ido, dejo esto. - Me responde Abdon mientras me da una carta.
- ¿Que? Pero ¿Por qué? ¿En donde estaba la carta? ¿Le dijiste algo? ¿Te menciono algo antes de hacerlo? - Pregunto con mucha preocupación.
- No ha dicho nada, todo está en la carta. - Me responde muy desanimado.
- Quizás sólo fue por cosas y no tarda en regresar ¿No creen? - Comenta Dan con su optimismo de siempre.

" 8:30 P. M.
Lo siento mucho Ben, no puedo esperar tanto para lograr ver a mi madre, prometi que lo haríamos todos juntos, pero después de encontrar a Dan, te noté muy distraído, como si ya no quisieras saber sobre ti y no puedo arriesgarme a quedarme a la mitad del camino, he dejado sus cosas y algo de dinero dentro de la tienda, junto a recepción, espero consigan lo que sea que tratan de hacer, gracias por ayudarme con esto y perdonen por todo.
~Key. "
- ¿Ya la leyeron? - Pregunto con la carta en la mano.
- No, aún no, creimos que debíamos dartela antes a ti, ya que se llevaban mejor. - Responde Dan, con un gesto de tristeza.
- En resumen dice que perdemos el tiempo y ella quiere encontrar a su madre lo antes posible.
- Espera ¿Por eso es que vino? ¿Por eso se ofreció a ayudarnos? - Pregunta Abdon.
En ese momento rompí la promesa que le había hecho a Key,  no contar nada sobre su propósito en el viaje.
- Si, verás, técnicamente ella nos ayudó a salir, pero la verdad es que ella ya tenía planeado este viaje, sólo necesitaba una manera de salir, más bien, una iniciativa.
- Hermano, ya se me hacía mucha belleza, esa chica sólo ha pensado por si misma desde que la conozco, tenía sospechas sobre esto, pero realmente actuaba muy bien. - Me responde Abdon con algo de enojo.
-Deberíamos buscar un lugar donde dormir, ya es algo tarde, vamos chicos. - Comenta Dan, con poco optimismo y muy triste.
- Claro, acompañenme,  veamos que podemos encontrar. - Contesto.

Entramos a la tienda por nuestras cosas y continuamos entrando más a la ciudad, caminando por la acera de una calle algo solitaria, nos encontramos con una anciana que estaba en un sillón fuera de su puerta, así que nos acercamos a preguntarle si había algún lugar donde rentaran habitaciones o algún hotel.

- Buenas noches, mi nombre es Bennett ¿Sabe en donde podríamos encontrar un hotel?
- Anciana: A estas horas hay muchos ladrones que se ilusionan robar por las noches, a las oscuras, no deberían estar afuera con tantas maletas, los hoteles están algo lejos, así que si gustan puedo rentarles los servicios de uno mismo.
La anciana parecía muy contenta, pues se veía que no había tenido compañía en algo de tiempo, se notaba la casa muy desordenada, pero en cuanto le tomamos la palabra, en un 2x3 arreglo todo.

Estábamos ya muy cansados y no podíamos creer aun que nos encontrábamos sin un trasporte, nos quedamos todos en una sola habitación, ya que queríamos ahorrar lo más que se pueda, ya que Key, no nos había dejado mucho.

Abdon se duchaba, Dan se cepillaba los dientes y yo, bueno, yo sólo apreciaba la hermosa Luna, en uno de los balcones que se asoman hacia la noche, de pronto se escucha un "Tock tock" así que fui a revisar y abro la puerta.

- Anciana: Hola, quise traerles algo para que pudieran comer, no se cuanto tiempo llevan sin hacerlo, pero no se preocupen, esto lo invito yo, si quieren más pueden bajar.
- Muchas gracias, les diré a los chicos y ya bajamos, se lo agradezco mucho. - Contesto tomando la charola con comida.

En cuanto cerró la puerta, Abdon salió del baño, Dan termino con sus dientes y yo tenía la charola en medio de ellos, les comenté lo que sucedía y creímos que la anciana necesitaba algo de compañía, así que decidimos bajar a comer con ella.

En cuanto nos vio con la charola llena de comida, nos preguntó que si no nos había gustado, justo al escuchar que Dan le dijo que no era eso, si no que queríamos comer con ella, desprendieron de su rostro dos gotas de lágrimas, continuadas con una gran sonrisa. Así que nos sentamos todos en la mesa, dimos gracias y disfrutamos de una maravillosa cena, con una persona que nos necesitaba tanto como nosotros a ella.

El misterio de Bennett JacobsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora