Día 5: Secretos.

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Demasiadas voces me despiertan, un olor profundo a café me levanta de la cama tan rápido como llegó a mi nariz, una gran sensación de comodidad y seguridad me invadía todo el cuerpo, me sentía tan feliz como si estuviera en mi propio hogar.

Camino siguiendo las voces y el tan rico olor, que me llevaba al balcón del apartamento, era algo totalmente raro lo que estaba viendo, Dan y Key conviviendo como si fuera almas gemelas.

- Hey ¿Pero que esta pasando aquí? ¿Es que la has hecho tu esclava Key? O ¿Le lavaste el cerebro? ¡Joder! ¿Ustedes dos conviviendo sin problema alguno? Parece que serán grandes amigas. Ya se los digo yo.

- Si, es algo raro pero es que, Key no sabia como usar la cafetera y quería un café, así que le ayudé y le expliqué como se usa. - Responde Dan con una ternura y paciencia.

- Si, le dije que no le dijera a nadie y aquí nos tienes. - Contesta Key con algo de sarcasmo pero con una ligera sonrisa.

- Y ¿Donde esta el café? Muero por tomar uno.

- Si, sobre eso, se ha acabado, pero tranquilo hermano he pedido servicio al cuarto y ya no tardan en llegar. - Comenta Alex, acercándose a mi

Me había despertado un sabroso olor a café y ahora me mantiene despierto las ganas de asesinar a Abdon.

Como estaríamos unos días en México decidí hacer una lista de lugares a donde podríamos ir.

- Oye Ben, si quieres puedo prepararte más café, digo, si quieres. - Me comenta Dan tomando una taza y algo de agua.

- Si quieres Dan, lo hago yo, ya he aprendido muy bien gracias a ti - Responde Key con amabilidad pero cierta autoridad.

- Si, yo si quiero. Por favor chicas. - Responde Alex levantando la mano

- No, tú te acabaste el café - Contestan ambas, con cierta voz elevada.

- Okey chicas, cálmense, no es para tanto podemos ir todos a almorzar al restaurante de abajo ¿Si? todo bien.

Cielos, creo que a pesar de que conviven poco a poco tienen algunas indiferencias. Puede ser buena idea que convivan un poco más, son chicas, deben llevarse muy bien entre ellas.

Pedimos que dejaran la comida que había pedido Alex, en la mesa del restaurante, mientras comíamos, me entretuve buscando lugares bonitos de México en el celular de Key, habían muchos, pero a la vez discutía con los chicos si iríamos a esos sitios o mejor gastábamos el dinero de la gasolina para ir, entre otra cosa.

Todos estaban muy ocupados comiendo así que decidí actuar yo, al terminar volvimos a cargar nuestras maletas al coche y continuamos el viaje, todos estaban confundidos de porqué no seguimos más tiempo en México, aunque también estaban enojados, mi idea recompensaría la repentina decisión.

El misterio de Bennett JacobsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora