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El gigante avanzó con lentitud por el denso bosque guiado por la Driada Nelly, quien de pié sobre la cabeza del VF-4 indicaba el mejor camino a seguir para que el enorme robot no tumbara ningún árbol a medida que avanzaba por la floresta.

Dante se asomaba cada tanto por encima del borde de aquella especie de "nido" que la exploradora había conjurado para que pudiesen viajar ocultos debajo del hechizo de ilusión y miraba nervioso las formas oscuras que había por delante, confiando plenamente en las habilidades de su guía, pero fundamentalmente en los sensores pasivos del VF-4.

—Si nos topamos con algo en el bosque, definitivamente los sensores del VF-4 lo verán primero. —dijo usando el chat privado para que solo Diógenes pudiera leerlo.

—Dudo que algo le salga al encuentro a Karina en estos momentos. —respondió el Archivista. —Pero un encuentro aleatorio es lo que menos me preocupa en este momento. —dijo.

—¿Crees que la ilusión no funcione con los demás jugadores? —preguntó Dante.

—A decir verdad, no se lo que me provoca mas temor. —escribió Diógenes. —Si disparar alguna salvaguarda contra magia o que no se traguen la historia de la señorita Karina.

El joven estratega se dejó caer en el fondo de la bolsa y meditó aquello. —Es tarde. —dijo. —La actividad de jugadores debe haber mermado bastante... es posible que los sorprendamos con la guardia baja.

—Algo me dice que no tienes un plan de respaldo por si falla este. —observó el Archivista.

—Bueno... en realidad si. —respondió Dante. —De última siempre podemos dejar que Karina atraiga su atención hacia el Valle mientras nosotros nos escurrimos en las cuevas...

—Pero la expondremos a ella al peligro de entablar un combate PvP.

—Cosa que debemos evitar por completo. —aseguró el joven. —Si lo se... como plan B es un idea horrible, pero no veo otra alternativa.

El robot se detuvo en ese momento y pudieron escuchar la voz de Karina. —Estamos saliendo del bosque. —informó. —La entrada al valle de los Gigantes está justo frente a nosotros a unos quinientos metros.

Dante y Diógenes se asomaron fuera y observaron las espirales de roca que se elevaban en el oscuro cielo. Había un par de antorchas encendidas a cada lado de las mismas pero no se veía a nadie de guardia en aquel lugar.

—No veo gigantes... pero eso no quiere decir que no haya jugadores del Enjambre de guardia sobre alguna de aquellas empalizadas. —observó Dante señalando las antorchas que asomaban sobre una cerca de troncos emplazada a unos 5 o 6 metros de altura del camino que atravesaba las agujas de piedra.

—¿Ves algo con Golem-Kun? —preguntó Diogenes.

—Negativo. —respondió Karina usando el chat del grupo. —No detecto fuentes de calor en aquella dirección.

Nelly se descolgó de la cabeza del robot y se sentó en el borde de la cesta junto a Dante. —Tampoco se escucha nada en la brisa nocturna. —dijo mirando las elevaciones de piedras cercanas. —Pero huelo algo raro en el aire.

—Ojalá sea solo la ciénaga. —rogó Diógenes.

—¿Y bien? ¿Listos? —preguntó Karina.

—Adelante. Iniciemos el rescate. —ordenó el joven estratega.

El robót volvió a ponerse en marcha y atravesó aquella entrada de roca. Delante de ellos se abrió el profundo valle pero solo Karina podia ver toda la extensión del mismo gracias a las cámaras de alta sensibilidad instaladas en la cabeza del robot.

Folded Dreams 1 [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora