Capítulo 2. Jane Thomas

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Al día siguiente, como uno cualquiera, fui al insti y allí estaba Jane sentada a mi lado.

Empezamos las clases y entra el Sr. Ford, el profesor de Literatura.

- Buenos días Sr. Ford. - Dijimos toda la clase a coro. Todos nos sentamos y, no puedo parar la mirada que me lleva de Jane al profesor.

- ¿Qué tal la tarde ayer Jane? - Dije con firmeza, a lo que ella responde.

- Bien, como siempre, ¿y tú? Me han dicho por ahí que quieren conocerte, por eso de ser nuevo, ya sabes.

- Ah... pues... ¿Me acompañas luego a saludar? - No soy muy sociable pero tampoco me cuesta hablar con alguien.

-Vale, será divertido, oye, ¿tienes planes esta tarde? - Aclaré la garganta y respondí.

-Emm... No, tenía pensado estar en casa, pero si quieres... - Hice una pausa y rápidamente pregunté. - ¿A las cuatro? - A lo que ella respondió.

- Vale, nos vemos en el parque que hay al lado del Centro Comercial.

- Ok.

No quería llegar tarde y rápidamente le pedí permiso a mi madre, ella dijo que sí y salí a por mi bici, y no tardé mucho en llegar. Eran las cuatro y ya veía desde lejos a Jane, levanté la mano y la sacudí rápidamente, haciendo un gesto para saludar.

- ¡Hola! Parece que somos puntuales. - Sonreí y ella soltó una carcajada.

- Si, ¿nos sentamos?

- Vale.

- Oye Matt, ¿crees qué te llevarán con ellos? - Dijo con un tono de tristeza.

- No lo sé, me come la cabeza todas las mañanas... Quien sabe, por eso solo intento estar con mi madre lo más que puedo, y no me gusta decir "adiós", por eso no quiero tener amigos, ni querer a nadie, porque me resultaría muy difícil despedirme.

- No digas "adiós", di "hasta luego", aunque ese "hasta luego" se convierta en un "hasta nunca". - Dijo para animarme, y yo agradecí sus palabras.

Soñar Con Los Ojos AbiertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora