Capítulo 14: Hacia el Este

182 14 1
                                    

PLANETA GERIÓN, 8 ABY (6 HORAS ANTES DE LA CAÍDA DE YAMI)

Haga entrenó con su alumna como en antaño. Había mejorado en destreza y velocidad convirtiéndose en una esgrimista excelente al igual que en el combate cuerpo a cuerpo. No le sorprendía, las proezas de la Dama Oscura no habían hecho más que crecer con los años y sus hazañas eran consideradas cuentos urbanos. Pero sentía una extraña sensación en el pecho, un signo de mal augurio que ya había experimentado en el pasado.

- ¿Te sucede algo? - le preguntó ella, pero la verdad es que no lo sabía.

La señora Rotäsu la había invitado a cenar y hospedarse lo que Svet aceptó de buena gana.

- Es como en los buenos tiempos - señaló la madre feliz mirando a Haga quien asintió.

La muchacha les habló de sus viajes, los diferentes rubros que había realizado y la gente que había conocido. Un incómodo silencio lleno la choza cuando la señora Rotäsu preguntó:

- Y ¿hay alguien especial en tu vida?

Svet bajó la mirada guardando silencio, la madre se disculpó y le ofreció otra bebida caliente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Svet bajó la mirada guardando silencio, la madre se disculpó y le ofreció otra bebida caliente. El resto de la velada rieron recordando buenos momentos hasta que la señora Rotäsu se despidió, no sin antes preparar la cama de Haga para la muchacha, el Jedi por su parte armó un lecho improvisado en la sala. Haga no pudo conciliar el sueño, por lo que pasada la medianoche decidió salir en silencio de la casa para dirigirse a la tumba de su maestro. Al llegar se puso en posición de loto y despejó su mente para dejarla expresar el mensaje que el augurio tenía para él.

Al principio eran imágenes borrosas, pero fueron tomando sentido poco a poco

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al principio eran imágenes borrosas, pero fueron tomando sentido poco a poco. Primero vio la capital en llamas, soldados y civiles siendo masacrados, otros transportados a campos de concentración donde realizaban penosos trabajos pesados. Percibió a Svet gritando desesperada su nombre mientras una enorme sombra la engullía, y por último pudo ver a un ejército infinito preceder a cinco figuras oscuras que expelían maldad y tras todos ellos un Lord Sith portando un sable rojo riendo a carcajadas. Apenas pudo contener un grito cuando sintió que alguien lo tocaba en el hombro sacándolo de su trance.

Star Wars: ErranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora