EN EL SUR PROFUNDO, PLANETA GERIÓN, 8 ABY (24 HRS TRAS LA CAÍDA DE YAMI)
Zemlya ayudó a levantarse a la niña que se había desplomado presa de la fatiga antes de que los droides la encontraran. No tenía más de diez años, y había estado cargando una pequeña carretilla metálica con sedimentos durante todo el día, hasta que el cansancio y la deshidratación la habían hecho colapsar. La mujer caminó hasta uno de los abrevaderos en busca de un poco de agua para ella, pero un droide B1 la detuvo apuntándola con su bláster.
-Necesitamos agua - dijo mostrándole a la pequeña recostada en una roca - sino morirá.
El robot no le respondió, solo la empujó con uno de sus brazos metálicos y cargó su arma que comenzó a sonar lista para disparar.
-Perdónela - una voz masculina con tono suplicante sonó tras ella- volveremos al trabajo de inmediato.
-Pero...la niña... - no alcanzó a terminar la frase cuando una mano la tomó del codo y la tiró con rudeza.
Un hombre con el rostro sucio y empolvado hizo una reverencia al droide que bajó el arma y cuando Zemlya iba a hablar nuevamente, la apretó con fuerza en señal de que se mantuviera en silencio. Caminaron de espaldas despacio hasta que el robot perdió el interés en ellos y se dio media vuelta a seguir patrullando.
-¿Que crees que haces? - dijo el hombre - ¿buscas que te maten?
La mujer se sonrojó y dijo enfurecida esforzándose por no gritar:
-¡La niña esta mal!, ¡se desplomó por la deshidratación, no puedo dejarla morir!
-¿Y por eso te lanzaste a los droides como una loca? - respondió él con la misma efusividad en susurros - por poco las matan a ambas. Si algo pasa puedes recurrir a mi.
Al terminar la frase le pasó un pequeño odre de cuero con agua en su interior. Zemlya bajó la mirada suspirando y luego se dirigió hacia la niña que respiraba agitadamente. La mina era un horno, estaban a kilómetros bajo tierra y el aire era viciado, por lo que era una crueldad el intentar respirar normalmente mientras se cargaba tierra y minerales. La niña sorbió lentamente y Zemlya la tomó en brazos para esconderla de la vista de los custodios. La vida de esclavitud era drástica, si los droides o carceleros devaronianos te descubrían sin estar trabajando tenían la instrucción de disparar a matar. Mientras cargaba a la pequeña, sus brazos le temblaban, ella estaba también muy debilitada por el cansancio, y se sorprendió al ver que el hombre se ponía a su lado y tomaba a la niña por ella.
-Gracias Skala.
El hombre solo gruñó como respuesta. Un gritó los sobresaltó, al otro lado de la cueva un hombre había caído presa del agotamiento y los droides lo torturaban para que se incorporara, y al ver que no podía hacerlo, lo apuntaron con los blásters. Zemlya hizo un gesto para intentar interceder, pero Skala la detuvo en el momento en que los robots lo abatían sin piedad.
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Star Wars: Errante
Science FictionTras la orden 66, todos los jedis han desaparecido. El malvado canciller ha erigido un imperio que controla la galaxia. Haga-Tsu es un errante, una vez padawan jedi, buscando mantenerse al margen, escapando de la purga iniciada por el infame discípu...