Capítulo 6

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Sé que he tardado, pero estaba ocupada y no pude ponerme a editar u-u, pero por fin aquí os dejo el capítulo 6.

Espero que os guste n.n

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No sabía que demonios pasaba ese día. Ya sea Dios, Buda, Alá, el Karma o quien sabe que fuerza divina o dios estaba hoy en su contra.

Desde esa misma mañana todo había salido mal. Parecía que algo o alguien le estaba haciendo vudú o un mal de ojo ya que cada vez que intentaba acercarse al rubio alguien se lo impedía, digamos sus psicópatas y estúpidas fans, por ejemplo; o algo, como el timbre de cambio de clases, las horas partidas en las que no estaba en el mismo salón que el rubio, su estúpido primo... y un sin fín de cosas más que le estaban sacando de quicio.

Estaba ya harto de todo y lo peor... es que ahora estaba en la enfermería por culpa de una de sus fans. Estaba tan frustrado y enojado que cuando oyó la puerta abrirse iba a gritarle al o la imbécil que se le fuese a acercar en ese momento. O al menos, ese era su plan en principio, pero... todas sus palabras murieron en su boca cuando vio a la persona que había entrado por la puerta y le estaba mirando algo sonrojado.

-¿Te... molesta si me quedo un rato contigo? - preguntó esa persona de forma tímida.

El azabache solo asintió sin dejar de mirarle fijamente embobado. Estaba... estaba... ¿¡EMPAPADO?! Tuvo que concentrarse con todas sus fuerzas para no desangrarse ante aquella apetecible y violable visión. Definitivamente ese día era el más nefasto de su vida.

-¿Qué... - tragó un poco de saliva sin dejar de mirarle. -... ¿Qué te ha pasado? - logró cuestionarle el azabache al adorable rubio, el joven que le robaba hasta el sueño, como había comprobado aquella misma noche.

-Emm... bueno verás... - comenzó a explicarle algo sonrojado al tiempo en que se acercaba a él y se sentaba en una silla enfrente del ojinoche, pero todo eso sin levantar la mirada del suelo.

*Flashback*

Me encontraba en el vestuario cambiándome para ir a clase después de hacer educación física. Salí un poco más tarde que los demás y tenía algo de prisa ya que no quería llegar tarde, por lo que decidí apresurar el paso.

Al girar una esquina para subir las escaleras estaba tan concentrado en mis propios pensamientos que no me di cuenta que otra persona venía bajando y entonces ocurrió lo inevitable, chocamos el uno contra el otro ocasionando que cayera al suelo.

-Lo siento. - rápidamente me disculpé no queriendo enfadar a la otra persona. Me sorprendió que esta se riera por lo que levanté la vista y no pude evitar sonreír un poco al reconocer quién era. No sabía si era suerte o no, pero al menos no me metería en un lío por mi descuido, no teniendo en cuenta quién era.

-No te preocupes, Naru-chan. Soy yo el que debería disculparme ya que ahora estás todo empapado. - se disculpó Sai-sempai sin borrar la sonrisa de su rotro.

("Así que fue mi copia barata ¿eehh?" pensó el azabache en medio de la narración del rubio).

Sai-sempai llevaba encima un jarrón de flores para el aula de arte. Este era la suficientemente grande como para evitar que pudiera ver lo que se encontraba delante suyo y al llevarlo bajando por las escaleras y chocarse conmigo se le resbaló lo que ocasionó que al final terminara todo el agua encima de mi persona.

-Será mejor que vayas a la enfermería para cambiarte. - me aconsejó el moreno a la vez en que se agachaba para recoger el jarrón, que por suerte no se había roto al caer. Sai-sempai me aclaró que no los compraban de cerámica precisamente para no tener que reponerlos cuando ocurrían ese tipo de accidentes.

Intento de ConquistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora