Narra Joaquín.
Viernes siete y media de la mañana, me disponía a salir de mi habitación con el uniforme del trabajo, cuando me cruzo con el idiota de David, novio de mi amigo Mario.
- ¿Qué coño haces aquí? – alce la voz.
- No lo ves o eres ciego, dormí aquí. – contesta con chulería.
- ¿Y no sería mejor que te llevarás a Mario a tu enorme mansión? – pregunté con el ceño fruncido.
- Pero aquí disfruto más, al saber que escuchas nuestros gemidos. – me toca mi mejilla con su sucia mano.
- No me vueltas a tocar. – grite. – Ya le dije mil veces a tu novio que no quería hombres en mi apartamento y menos que se quedarán a dormir. – vuelvo a gritar.
- ¿Sabes? Ahora entiendo por qué estás solo, nadie quería de novio a un amargado como tú. – me señala.
- Idiota.
- Tonto.
- Gilipollas. – nos insultamos y después pegué un portazo a la puerta de la entrada.
Pero que se cree este inútil de hablarme de esta manera en mi propia casa. Tendré una buena charla con Mario cuando regrese del trabajo, esto tiene que acabar.
Encima que vive de gratis, y no aporta nada, me trae hombres a casa, tiene narices.
- Definitivamente hoy me amargaron el día. – hablo solo.
Camino por los pasillos del hospital donde trabajo, a lo lejos veo a Erick sonreír. Erick es el médico de la planta donde estoy asignado, es un buen amigo y un excelente compañero.
- Buenos días enano. – me saluda como de costumbre.
- Ya te dije que no me llames de esa manera. – le riño.
- Es que eres un enano, no lo puedes evitar. – se burla de mi estatura.
- Erick estás pasando los límites. – advierto.
- Anda enano, no me digas que soy el culpable de tu mal humor.
- Si fuera sólo tu comentario lo que me molestará. – digo. – Pero no... el novio de mi amigo me tiene harto, algún día lo voy a asesinar. – me río por el comentario.
- En ese caso avísame para ayudarte a esconder su cadáver. – me vacila.
- Lo tendré en cuenta. – sonrió. – En fin... cambiemos de tema.
- ¿Te apetece comer juntos después de acabar el turno? – pregunta.
- ¿Me estas pidiendo una cita? – me sorprendí. Erick es un hombre casado, entre él y yo solo hay una gran amistad.
- Bueno si le llamas una cita comer junto a mi esposo, pues vale. – dice riéndose.
- Mmmm cuenta con ello entonces, además me vendrá bien distraerme un poco.
Después de una interesante charla con Erick, me pongo a trabajar, ya que había pacientes que necesitaban ser atendidos. La mañana transcurre rápido, la verdad que me encanta mi profesión, amo ser enfermero, desde niño quise dedicarme al mundo de la sanidad y así lo hice.
Mis padres estarían orgullosos de mí.
- Enano ¿estas listo? – cuestiona Erick quitándose la bata blanca.
- Dame un segundo que me pongo el abrigo y nos vamos.
Caminamos hasta su casa que estaba a dos minutos del hospital. Una vez dentro, su esposo baja y nos encontramos en la entrada.
- Hola Hugo. – lo saludo con un abrazo.
- Joaquín querido, ¿Qué tal estás?
- Bien Hugo, ¿espero que no te moleste haberme apuntado al plan? – pregunté apenado.
- ¿Qué dices? para nada, estoy encantado que nos acompañes. – contesta.
Se saludan entre ellos con un beso apasionado, se aman mucho y Erick lo idolatra. Llevan años intentado tener hijos pero no hubo resultado.
Entre risas y anécdotas transcurre la tarde, la comida estuvo exquisita, y yo me lo pasé muy bien con ellos.
Me gustaría encontrar algún día a alguien al que amar, me refiero a compartir mi vida con otra persona en el amor y el respeto. Mi vida sentimental es nula, de hecho nunca he estado con ningún hombre, soy muy difícil en eso. Los que se me acercan solo quieren y después un ''no te conozco'' y realmente pasó de ser solo unos minutos de placer.
Bueno también tiene que ver mucho que no he visto a nadie que me impactara tanto para acostarme con él, aunque en este caso sería el primero, digamos que estoy buscando a alguien único, diferente, pero no sé si existirá.
Camino a pasos ligero para llegar a casa y hablar con Mario, le voy a dar un ultimátum o deja de traerme a su noviecito a casa o se larga.
Entré a mi apartamento, me doy una ducha y busco por todos los rincones a Mario pero ni rastro, me imagino que salió con el desgraciado ese.
- Maldita sea, te me escapaste. – murmuré.
Me voy a dormir que estoy muerto del cansancio, ni siquiera cenaré, solo quiero cerrar los ojos y descansar.
Un golpe fuerte me hace saltar de la cama por el susto, me quedo quieto esperando otro golpe para confirmar que no estoy soñando.
Otro golpe aún más fuerte hace que la puerta de mi casa se abra, salgo corriendo a ver que estaba pasando, pero me quedo petrificado al ver muchos policías entrar a mi departamento como si estuvieran buscando a un asesino en serie.
Tres de ellos me apuntan con el arma.
- Arriba las manos. – gritan.
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Hola😊😊
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👮🏻El Policía 🚔*Emiliaco* (Adaptación)
FanfictionEl miedo invade mi cuerpo, mis ojos se llenan de lágrimas, mientras observo como los policías entran a mi casa armados, siento frío ya que son las tres de la madrugada y digamos que mi pijama es de tela fina no ayuda mucho. No entendía lo que estaba...