▪ 11 ▪

20 12 5
                                    

Suena la alarma interrumpiendo mi tranquilidad de dormir la siesta. Es algo tan preciado, que despertarme en base a un reloj que emite un ruido insoportable me pone de mal humor. Pero quedé con ver a Mora, y no puedo negarme a eso.

Recobro fuerza y me levanto de la cama. Agarro mis jeans y buzo holgados, me los coloco. Me hago un rodete desordenado, y retoco un poco mi maquillajes, que está algo dirperso en mi rostro por la buena siesta. Antes de salir de mi habitación, me miro por ultima vez en el espejo. Auto-torturandome, agarro las extremidades del buzo, llevandolo detrás de mi espalda, haciendo que se amolde a mi figura. Me miro por un rato así, suspiro y vuelvo a soltar el buzo. Me encantaría no regirme por la mierda de los estereotipos.

Sin más, salgo de mi cuarto, para ir directo a las escaleras. Hoy es jueves, no pasó mucho desde que vi a Mora, y de lo sucedido, pero ayer me propuso verla, no puedo perder la oportunidad. Tal vez consigamos que las cosas se calmen y no se sientan tan tensas.

Desde lo que pasó, no fui a visitar a Manón estos días. Tengo una vergüenza interna creciendo en mí. Sé que no debería hacérmelo, pero es inevitable. Lo que sucedió, no fue la primera vez, pero aún así afecta.

Llego a la entrada, agarro mis llaves y salgo de la casa dispuesta a ir por la rubia. Otra vez la tengo que ir a buscar a su escuela, pero ahora no tengo el auto de Zoe, y mis padres ni de broma me prestan el suyo. Así que no me queda otra que ir a pie. Por suerte no está tan lejos. Me coloco mis auriculares, y comienzo a caminar con el ritmo de la buena melodía.

Al rededor de las quince cuadras, comienzo a recibir una llamada. Veo la pantalla; "La princesa Sophia".

- Buenas, buenas.

- Pe-rra.- Separa en sílabas.- Adivina que conseguí...

- Mmm... ni idea. Pero droga.- Río como estúpida.

- No me digas.- Juega.- Hongos.- Alarga la palabra.

- Me jodes.

- Ya quisieras.- Suelta emocionada.

- ¿Cuando nos vemos?.

- Auch, eres una interesada.- Finge hacerse la dolida.

Rio.- Dale, estúpida.

- Que se yo, cuando quie...- Es interrumpida por un golpe fuerte y seco, que se escuchó del otro lado.

- ¿Qué carajos fue eso?.- Cuestiono preocupada.

Desde la otra linea no se escucha nada.

》¿Soph?.

Risas; es lo que me indica que la idiota está bien.

- ¡Me acabo de caer de la mesa!.

Río a carcajada.- Soph, estas drogada inbesil, ¿como te vas a subir a una mesa?.

- Siempre lo estoy y hasta hoy, nunca me caí.

- Consumiste de más, estúpida.

- Imbesil, estúpida, ¿qué más?.- Ríe torpemente.- Debo irme, creo que me abrí la rodilla.

Río con ella.- Okay, tal vez más tarde pase, así te curo.

- Mentirosa, solo quieres tu hongo. ¡Interesada!.- Antes que pueda decir algo, me corta.

Alejo el aparato de mi oreja, mientras sigo riendo. Ya realice las ultimas calles que me quedaban. Soph me hizo buena compañía, por lo menos. Hasta me subió el ánimo.

Doblo la calle y a lo lejos la veo. Está apoyada en la pared junto a la puerta de su escuela, sosteniendo unos libros, mientras mira el cielo. Parece bastante concentrada, ya que me aproximo y no se percata de mi presencia.

Una Simple DosisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora