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Nos quedamos en el patio por un buen rato mirando las estrellas. Aunque no deje de cuestionarme si hacerlo o no, mis pensamientos invade mi cabeza y no me dejan en paz. En todo ese tiempo creé una lista de pros y contras en mi cabeza. Y la verdad que ya nada me detiene.

Hay que hacerlo.

- ¿Sabes, Miri?. Mejor vayámonos de está fiesta estupida. Estoy segura que estaríamos mejor en mi casa comiendo papas fritas.- Me levanto del pasto y le extiendo una mano esperando su aprobación.

- Estoy de acuerdo.- Toma mi mano y se levanta.- Pero busquemos a Zoe, no quiero dejarla sola.- Nos dirijimos a la casa en busca de la morena.

Logramos contactarla. Zoe está charlando con un grupo grande de chicos y chicas, creo que son de la escuela.

- ¡Oye Zoe!.- Llama Miriam.- Vamos a casa.

- ¿Ya?. ¿Tan temprano?.... ¿Qué sucedió?.- Nos conoce y sabe que algo no anda bien por nuestras caras de desagrado.

- Luego te contamos.- Miriam agarra su brazo.- Ahora vámonos.

Zoe asiente y saluda a todos los de la ronda rápidamente. Nos acercamos a la salida con un poco de dificultad por la multitud que hay. Pero antes de salir logro visualizarlo, se encuentra de espaldas hablando con un grupo de chicos.

- Chicas, olvide algo. Ahora vuelvo.- Me doy vuelta dispuesta a caminar hacia ese grupito y tocar el hombro del idiota.- ¡Eric!.

El nombrado se da media vuelta con una sonrisa engreída. Y antes que pueda decir algo, mi puño sale volando directo a su rostro, haciendo que él gire con brusquedad su cara. Llegué a notar que le sangra la nariz.

¡Wow!. No sabia que tenia tanta fuerza, para mi solo le iba a dejar un golpe suave en su cara de modelito.

Todas las personas a nuestro al rededor exclaman el típico "Uhh" de cuando surge un golpe bajo para alguien. Y no voy a mentir, se sintió liberador.

No le doy tiempo para que pueda hablarme o hacer algo peor y me alejo dirigiendome a mis amigas.

- Listo, podemos irnos.


● ● ● ● ●

El Lunes por la mañana surgió algo inesperado. No sabía que por darle una paliza a alguien te podías convertir en el nuevo tema de conversación de los estudiantes.

Cuando pise mi escuela, todas las miradas se dirigieron a mi. Había miradas divertidas y juzgadoras. Por un momento me sentí súper expuesta, nunca había recibido tanta atención.

Todo eso duró poco, una vez que entré a mi salón de clases, mis compañeros no exageraron el tema y decidieron ignorarme como siempre. Lo agradezco mucho.

***

- Shh, harás que nos castiguen.

Reímos con Zoe por la forma en la que se comporta Miriam. Hace poco tiempo recibió regaños de su madre debido a sus comportamientos en las clases, y ahora se porta como una buena chica estudiantil.

- No puedo callarme.- Dice Zoe en susurros.- Nuestra amiga está siendo tendencia en twitter por partirle la nariz a un tipo.

Eso es mentira, solo le deje un buen golpe.

- Claro. Y yo voy a ser castigada si sigues hablando estupideces.

Pasamos la última hora de historia calladas. Lo que me dio lugar a pensar en que todo este revuelto con el niño engreído puede traer problemas y no creo estar estable para eso.

Luego de que las clases terminaran, estoy volviendo a casa. Hoy no tengo nada que hacer, aunque tampoco planeo algo. Creo que pasaré una tarde de siesta profunda. Suena a un gran plan.

- Hola.- Digo seca y desanimada una vez que entro a casa, pero no recibo respuesta.

Tal vez salieron a comprar. Voy a la cocina para servirme un baso de agua junto con unos cereales.
Antes de dirigirme a mi cuarto, paro en medio camino y me asomo por la en la habitación de Manón.

- ¿Qué hay, hermanita?.

Me adentro y me siento en la punta de la cama, mientras observo como él juega en su computadora.

- Nada nuevo, solo cansada... Ya sabes.

- ¿Si?. Pues yo me encontré con una noticia muy interesante hoy.

Deja su posición para darse media vuelta y posar su mirada en mi.

- ¿Qué cosa?.

- Mmm, no lo recuerdo bien.- Juega colocando una mano en su barbilla.- Era algo como que una chica de mediana estatura, pelo negro y ojos miel, le había pegado a un niño tonto que tenia muchos seguidores en las redes.

Enarca sus cejas, esperando una explicación válida.

- No te das una idea de la merecida puñetada que tenía ese imbécil.

- Voy a creer que si, porque sé que no incitas a la violencia.

Tiene razón. Nunca antes en mi vida le había pegado de esa manera a alguien. Él fue mi primera vez, y estoy satisfecha. Eso no quiere decir que cada idiota que me moleste va a recibir una piña de mi parte. Solo que él se portó muy grosero, y Miriam me dio la idea, en todo caso ella es la culpable. Bueno, no hay culpables.

- Lo se, por una parte me arrepiento, pero luego recuerdo lo estúpido que se portó, y se me pasa. No volverá a pasar, lo juro.

Me sonríe amablemente. Somos seres completamente diferentes, él sería el hermano "bueno" y yo la "mala". Siempre fue buena persona en todo ámbito, respetuoso y responsable. Sabe perfectamente manejar su vida y llevarla por el buen camino. Por eso es el preferido de mis padres y de todas las personas que nos conocen.

- Eso espero... No quiero tener más problemas contigo.- Las ultimas palabras van desvaneciendo por la forma en la que su tono de voz baja.

A veces me siento mal por aferrarlo a mis problemas. Es una victima que tuvo que verme afrontar mi duro pasado. Me hubiese gustado tenerlo a mi lado y no en mi contra. Pero lo entiendo, nadie quiere lidiar conmigo, así como mis padres.

- Está bien.

Me voy de su habitación y mis ojos comienzan a arder. No quiero llorar, eso demuestra que aún sigo siendo débil, y juré nunca más serlo.

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:(

Una Simple DosisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora