PARTE DOS: Capítulo 14

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REINA OSCURA.

Anne

—¿Estás segura de que quieres hacer esto? Será doloroso —dice Jerry, preocupado.

—Pero tu cuerpo lo va a resistir porque tienes mucha resistencia física —comenta Anila, pasando las páginas de un libro.

—Además, es probable que sientas con mucha más intensidad que antes. El amor se multiplicará al triple, al igual que el odio. Tendrás una desestabilidad emocional por unos días —murmura Dalia.

—Estoy segura —repito por tercera vez.

Ellos se miran entre sí, aún dudando. Finalmente, luego de unos minutos, aceptan.

Gilbert no sabe nada. Él piensa que estoy por ahí merodeando en la ciudad con Gael, haciendo llorar a alguien y quemando a cualquier persona.

Jerry, Dalia y Anila salen junto conmigo hasta uno de los jardines que están para ellos y todas sus cosas de magia, hechizos, todo eso.

Entre los tres traen unos siete libros. Los dejan en el suelo, abriendolos en una parte exacta y formando una linea horizontal con ellos. En cada uno de los libros hay un color distinto, representando —creo—, las emociones.

Que predecible que la tristeza sea azul.

Y que la alegría sea amarillo.

Definitivamente ya no existe la originalidad.

—Párate enfrente de nosotros —dijo Jerry, señalando el lugar.

Obedientemente me posiciono ahí. Los tres me miran como preguntandome otra vez si estoy segura, a lo que vuelvo a asentir.

Antes de que pase cualquier cosa o ellos puedan decir una palabra, Gael entra corriendo al jardín con gesto preocupado.

—¡Nos están atacando! —exclama, ignorando que estabamos apunto de hacer un ritual.

Miro con alarma al pelirrojo.

—¿Nos atacan? ¿Quienes nos atacan? —inquiero, levantando la falda de mi vestido para correr hasta él.

—Son seres... seres de tierra. Nadie los controla. Es como si fueran robots.

Tan solo con decir eso todos partimos hacia las afueras del castillo corriendo. Puedo ver como Niall está dirigiendo a un par de hombres y mujeres con trajes del ejercito.

Entonces los veo.

Efectivamente, son seres de tierra. Todo en ellos está hecho con plantas, ramas y tierra. Cada uno se mueve como si fueran una persona real, pero nadie está con ellos para controlarlos.

Puedo ver como Gilbert batalla contra dos de ellos. Corro a su encuentro para ayudarlo, pero uno de esos seres me toma la mano.

—Reina Oscura, te envían un mensaje —las palabras salían de algún lugar que no conocía, porque no tenía boca. Ni ojos. No tenían cara.

—¿Quién? —pregunto, manteniendome inexpresiva mientras me apreta la mano con intensión de hacerme daño.

Ni siquiera me duele.

—Pronto se sabrá, solo tienes que entender una cosa, Reina Oscura —depronto todo se detiene, como si el tiempo fuera detenido. Veo como todos están paralizados, excepto el ser y yo—. Tu reinado no durará mucho y todo terminará destruido. Intenta ser feliz, intenta hacer todo lo que esté en tus manos para poder cumplir con esos caprichos humanos, pero no lo lograrás porque en este mundo no eres el ser mas poderoso. Te supera por mucho, Reina oscura. Te supera en cantidades agobiantes.

Me mantengo callada, por lo que prosigue.

—Y jamás se le debe desafiar como tú lo hiciste ese día que rechazaste toda protección y retrasaste la porfecía. Burlarse no es una opción y eso se paga con la muerte, Reina Oscura.

—¿Por qué me dices Reina Oscura?

—Porque delante de ella, no eres más que un ser repugnante y lleno de odio que si no fuera porque tienes tus sentimientos dormidos, matarías a todo el ser que se encontrara a tu camino. Eres oscura, eres malvada y siempre lo serás. Tarde o temprano terminarás matando a todos los que amas, y él te verá hacerlo porque no puede morir. Lo matarás una y otra vez, pero revivirá cada día como si no hubiera pasado.

Todo a nuestro alrededor volvió a seguir su rumbo en el tiempo. Con el corazón latiendome a mil, doblé la mano del ser extraño y con un solo pensamiento, hice explotar a todos y cada uno de ellos.

Me miraron, sorprendidos y agradecidos.

Pero yo no estaba pensando en ellos.

Reina Oscura, solo hay maldad en ti.

Y no olvides jamás, que a ella no se le desafía.

A la madre naturaleza jamás se le falta el respeto.

ʟᴇʏᴇɴᴅᴀ [2] (ᴀɴɴᴇ x ɢɪʟʙᴇʀᴛ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora