VII

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No había nada que me jodiera y me pusiera de tan mal humor cómo llegar tarde al instituto.
En este momento menos que podía darme el lujo de llegar tarde, los exámenes finales estaban a la vuelta de la esquina, y si no aprobaba todo, pasaría todas las vacaciones, incluyendo navidad, encerrada en casa por el severo castigo de mi madre.

Ni siquiera me molesté en tomar algo rápido para desayunar, simplemente tomé mi mochila y la sudadera de Choi para después salir de casa echando humos. No llegaría a tiempo, probablemente llegaría por lo menos unos 15 minutos tarde.

Eso te pasa por ser una puta floja y no despertarte cuando suena la alarma, Sooyoung.

Corrí lo más rápido que pude en un inútil intento de llegar a tiempo, pero era mejor llegar 5 minutos tarde a llegar 15 minutos tarde.
Giré en el portón e ingresé al instituto sin dejar de correr por los pasillo, justo mi primera clase era química, en la que tenía muchísimas probabilidades de reprobar, estaba jodidísima.

Me asomé un poco por la ventana del aula y efectivamente allí se encontraba la maestra Do, con sus anticuados lentes en la punta de la naríz, y una cara de pocos amigos, dictando la clase.
Suspiré profundamente y di dos toques a la puerta que fue inmediatamente abierta por la vieja estirada.

— Señorita Lim, ¿cree que estas son horas decentes de llegar?— habló odiosamente.

Juro que el día que me gradúe de este instituto de élite mierdero, le diré a mil arrugas que la odio por haber hecho mi vida escolar tan miserable e imposible.

— Ya conoce el camino a la oficina del director.— sonrió satisfactoriamente y me cerró la puerta en la cara.

Dios, que humillación.

Tal y cómo ordenó media-pata-en-la-tumba, me dirigí a la oficina del director en donde obviamente recibí un regaño y un aviso a mi madre, que, si en la mañana no estaba lo suficientemente malhumorada, ahora lo estaba el doble.

Por obvias razones, ya no me dejaron ingresar a la clase de química, así que fuí a la cancha de basquetbol, donde la clase de Soobin, Minho y Jihyun estaba en hora de deportes.
Me senté en la gradería bebiendo la leche de fresa que había comprado en el camino, de inmediato pude ver a Minho y Jihyun hacer estiramientos juntos, mientras que Soobin estaba tirado con otro chico en una esquina de la cancha completamente sudado, probablemente estaría jugando un partido con los de su clase.

Me quedé allí simplemente observando, al fin y al cabo no era cómo si tuviera algo más entretenido que hacer por las siguientes dos horas.
Cuando terminé mi leche de fresa, tiré el envase al basurero y procedí a ponerle la pajita a otro más que había comprado, me estaba aburriendo a muerte, pero al menos no estaba recibiendo la horrible clase de la maestra Do.

— ¡Sooli!— levanté la vista hacia Soobin, que ahora movía sus manos de un lado a otro con una sonrisa en forma de saludo. El chico a su lado se incorporó mostrando finalmente su rostro.

¿Beomgyu?
¿Beomgyu se había saltado su clase favorita a tan poco tiempo de los exámenes?

Agité la mano en forma de saludo para Soobin.
Beomgyu dejó su vista fija sobre mi, estaba empezando a ser incómodo y extraño, hasta que se puso de pie y empezó a caminar hacia mi.
Subió las escaleras de la gradería de dos en dos y se sentó a mi lado sin mediar palabra.
Alcancé la sudadera que me había prestado el otro día y se la extendí.

— Si vas a estar enojado, hazlo en serio.— resoplé y él rió levemente recibiendo su sudadera.

— De nada, Sooyoung.— agitó la prenda en mi cara.— No estoy enojado, sólo tenía cosas en qué pensar.

sky | 𝘣𝘦𝘰𝘮𝘨𝘺𝘶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora