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-Recuerden, no deben dar ni una pista de quiénes son realmente. ¿Me oyeron bien?

-Claro que sí, verá que regresaremos con buenos resultados.

El hombre cuya figura no se notaba bien por la oscuridad de la noche se giró hacia otro, el cual al acercarse dejó ver una capa cubriendo sus hombros y moviéndose con gracia por el viento.

-Transportalos, por favor.

-Los veo luego, niños -se dirigió hacia tres pre-adolescentes frente a ellos.

-¡Oigan! -se escuchó un grito a lo lejos, segundos después otro hombre apareció-. ¿En serio planeaban irse sin mí?

-Sí, se supone que eres nuestro "sensei", nuestro ejemplo y esas cosas, ¿qué clase del sensei llega tarde?

-¿Seguro que no podemos quedarnos con el otro?

-¡Ésto es indignante! ¿Los escuchaste, A...!

-Ya basta -interrumpió y suspiró-. Por favor, basta de eso, es hora de partir.

Una luz dorada rodeó a los cuatro viajeros, quienes cerraron los ojos, un momento después los abrieron dándose cuenta de que estaba en un bosque.

-¿Es este el lugar?

-Parece que sí -uno de los chicos señaló algo atrás de ellos.

Unas grandes puertas a unos cuantos metros de ellos.

-Ahora entiendo el nombre. Konohagakure.

La única chica miró una pequeña hoja de papel en su mano y luego hacía la entrada.

-Exámenes chunin, estamos listos.
















28/09/2020

Monstruos (Gaara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora