Capítulo 18.

636 131 36
                                    


Cartas sobre la mesa. Zhan.

Al despertar esa mañana con Yibo nos dispusimos a no salir de su departamento y por esas horas nos olvidamos de todo, éramos una pareja normal, solo el y yo. Sin problemas, sin complicaciones. Dejamos todo fuera de esas puertas, nos amamos durante el día mas veces de las que pudiese contar.

Al día siguiente Yibo fue a la base a ponerse al día con todo y yo me comunique con el CEO Xu para saber los adelantos de la búsqueda de Vin Hao, tenia que moverme con cautela si quería que Yibo no supiera, no quería arriesgarlo mas y tampoco me pondría en una situación de riesgo innecesaria, planeamos todo con cuidado, minuciosamente.

A los dos días de una búsqueda exhaustiva dimos con el. Vin Hao segundo al mando en una red de trafico de armas. ¿Quién estaba al mando de la organización? Min Mi. Ni mas ni menos que una omega y no cualquier omega, según los antecedentes es la reina de la mafia China. Trafico de armas, trafico de omegas y trafico de drogas. Por si fuera poco, según lo que logramos reunir de ella, es la madre de Yibo. Razón mas para que el no tenga conocimiento de ello.

Dimos con la sede central rápidamente. Nada raro tomando en cuenta que ella quería que la encontráramos, nos guío prácticamente hacía ella. El día antes de reunirme con ella la pase con Yibo monopolizándole por completo, no tenía miedo y raramente tampoco estaba preocupado, pero cada día que salgo de casa siento la necesidad de tenerlo conmigo, de monopolizarlo por completo. Saber que esa mujer es su madre y lo quiere me molesta de sobre manera, aun que realmente se que no se iría con ella. No luego de todo lo que le ha hecho pasar.

Nos reunimos luego de que Yibo me dejara en la oficina. Concordamos en un lugar publico, nada fuera de la vista del publico, el CEO Xu fue conmigo y dispersé el mejor equipo táctico que tenemos, por toda la zona resguardando mi seguridad.

Cuando la vi no podía negar que era su madre, sus ojos, su cabello e incluso su sonrisa eran idénticas a el. La odie desde el momento que la vi, tuve que retener mis ganas de matarla en ese momento e incluso me sorprendí de mis propios deseos. Yibo simplemente me había cambiado por completo, el saca lo mejor y peor de mi y me hizo descubrir que tanto estoy dispuesto hacer por lo que es importante para mi. Yibo saca mi lado mas protector y mis instintos mas salvajes. Es una de las cosas que mas me hace amarlo, solo el puede mostrarme quien soy y lo que soy capaz de hacer cuando amenazan lo que es mío.

—Tu debes ser Xiao Zhan—. Se sentó en la silla demasiado elegantemente para solo estar en un café casual del centro de a ciudad —no me tienes que mirar así, vengo en paz—. Rio suavemente tapando su boca con una de sus manos y me tendió la otra en señal de saludo. No podía evitar fruncir el entrecejo o mostrar cordialidad en ese momento pero estreche su mano secamente mientras me sacaba los lentes y los dejaba sobre la mesa, —y Ud. Min Mi o mejor dicho la perra que dejo a su hijo tirado y luego intento matarlo calcinado—. Apreté su mano demasiado fuerte a lo que ella ni siquiera se inmuto y volvió a reír retirando suavemente su mano, —eso soy yo, pero vamos, el esta bien ¿no? Si realmente lo habría querido matar lo abría dejado allí, sabía que irías por el—. Bajo sus lentes de sol y me miró sobre ellos, —vamos, no vas a creer que con esos insultos tan infantiles me voy a ofender, Yibo no es nada para mi, nunca lo fue, por algo lo deje, ese niño era igual a su padre y siempre estuve segura de que terminaría en el mismo camino, no podía hacer nada por el—. Apreté mi puño tan fuerte que mis nudillos se volvieron blancos y mis uñas se clavaron en la palma de mi mano en un intento vano de contener mi ira, —no te enojes, el lo tiene mas que asumido cariño, la única razón de que Yibo no sea un ratón de alcantarilla es porque tu lo tienes como tu mascota personal, ¿no?—. No pude aguantar la ira, me levante estruendosamente golpeando la mesa y acercando mi cara centímetros de la de ella, una de mis manos fueron directo a su cuello y con los ojos llenos de odio le susurro. —vuelve hablar de mi alfa de esa manera y me encargare de abrirte la garganta yo mismo—. Me senté lentamente en mi lugar y arregle mi ropa tranquilamente. — creo que ya hablaste suficiente y para ser honesto no vine para escucharte—. Volví a mi lugar acomodándome y tome un sorbo de café, —no se que interés tienes en Yibo o en mi y en este punto no me interesa para nada, se quien eres y se cuanto cuesta tu cabeza—. Ella se saco lentamente su lente y me miro desafiante mente cruzándose de brazos mientras yo imite el acto cruzando mis piernas, —no hay reina sin un rey y dada la casualidad que ese rey esta en mis manos—. Apoye mis codos en la mesa entrelazando mis dedos y posando mi cabeza en mis manos mientras la miraba seriamente con una sonrisa socarrona en mis labios, —si, bien, mejor dicho, tenemos a su hija en nuestras manos y no creo que tu valgas mas que ella, una alfa pura y el único recuerdo de su difunta esposa, ¿no?—. Ella palideció y su mirada ennegreció apretando su mandíbula, —exacto a eso me refiero, ahora que entiendes nuestras posiciones, podemos proseguir, ¿no?—. Asintió levemente sin apartar la mirada, —bien. Como decía, no se para qué quieres a Yibo y no me importa, pero independiente del motivo. Lo dejaras en paz y si el lo quiere, si el intenta poner un solo dedo encima de lo que me pertenece, no me mediré en hacer exactamente lo mismo—. Me pare, camine dos pasos quedando al lado de ella y me incline susurrando en su oído, —Yibo es mío, el niño débil que dejaste no existe, el hombre que es ahora podría destruir todo tu hermoso mundo de fantasía con una sola mano, pero me tiene a mi y no me importa ensuciarme las manos por el—. Deje un cheque en la mesa y camine lentamente hacía mi auto donde me esperaba el CEO Xu, di la orden que nadie se moviera del lugar y la siguieran hasta nuevo aviso.

Esa noche volví a la casa de Yibo como los últimos días, cuando entre aun no llegaba, me senté en el sillón abrazando una de sus chaquetas y notando que todo olía a el, que su olor se impregnaba en mi. Sin quererlo una sonrisa se formaba en mi, sentirme parte de el, sentirlo parte de mi. Todo el me hace completo, me hace feliz. Me recosté en el sillón, estruje su prenda entre mis brazos y sentí como toda la tensión desaparecía simplemente con su esencia, cuando desperté Yibo estaba sentado en el suelo acariciando mi cabello mientras me miraba con tanta ternura que llenaba mi alma. Rodee su cuello sin decir palabra y lo bese con tal devoción y fervor que sentí como todo el aire salía de mis pulmones y aun así no quería separar nuestros labios. Yibo rio suavemente y acaricio mi cabeza mirándome fijamente a los ojos mientras susurro. —Te amo Zhan—. Sonreí apegándome mas a el y escondiendo mi cabeza en su cuello. —no vuelvas hacerlo—. Me separe de el mirándole a los ojos sin entender lo que decía cuando hablo, —no vuelvas a exponerte de esa forma, no por mi, se supone que yo debo protegerte—. Sonrió y acaricio mi mejilla suavemente. Bese su mejilla y me acomode en el sillón quedando frente a el, —¿Cómo lo supiste? ¿Desde cuando?—. Pregunte mirándole fijamente a los ojos y el sonrió, —desde que empezaste, sabía que no te quedarías quieto, no luego de ello y cuando recupere la conciencia en el hospital y recordé quien era esa mujer, supuse que cuando lo supieras la buscarías con mas razón—. Suspire hondo e incline la cabeza sin dejar de mirarle, —¿entonces solo pretendiste no saberlo?—. Rio y asintió, —sabía que era inútil detenerte, lo harías de igual manera y si creías que no lo sabía podría cuidarte desde un lugar prudente—. Reí ante los hechos, —¿entonces estuviste todo el tiempo mirándome—. Asintió, —mm. Y puedo decir que estoy totalmente alagado con todo lo que has dicho—. Rio y no pude evitar sonrojarme y apartar la mirada, —solo fue porque ella me provoco y dijo esas cosas de ti, yo...—. Puso su mano en mi nuca y me jalo hacía él callándome con un beso que me robo el aliento. Me miro sonriendo, —gracias, gracias por todo Zhan-ge—. Rodeo mi cintura con sus brazos y recostó su cabeza en mis piernas, —todo lo que has dicho hoy, todo es completamente cierto, yo...yo soy completamente tuyo y si ella o cualquiera se atreve a ponerte un dedo, soy capaz de destruir todo su reino. Soy tu alfa Zhan-ge y soy tu destino, así que si pretendes hacer algo, desde ahora en mas, hazlo conmigo—. Acaricie su cabeza suavemente hundiendo mis dedos entre su cabello —mm. Lo aré, lo siento, no me volveré a exponer así. Solo esta vez fue necesario— asintió levemente y apretó su agarre en mi cintura —te amo Yibo, tampoco dejare que nadie te haga daño, no eres mi juguete, no eres mi empleado, eres mi destino, mi pareja y eres una de las personas mas valiosas para mi—. Yibo levanto la cabeza apoyando su mentón en mi pecho y mirándome fijamente, apoye mis manos en sus mejillas y lo bese tiernamente entre suaves risas y caricias. Nos amamos, nos amamos tanto que no dejaremos que nadie se atreva a poner un dedo encima del otro otra vez. Ya no estábamos solos, ya no necesitábamos enfrentar nada solo, nos teníamos y nos protegeríamos.


 Ya no estábamos solos, ya no necesitábamos enfrentar nada solo, nos teníamos y nos protegeríamos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



————————————————————————————————

Mis criaturitas, aquí les dejo el capítulo 18, ya me voy desocupando con los días y volveré a retomar actividad, ¡ya les extrañaba! 🖤
Ya nos vamos acercando al final de esta historia 😱 si tienen algún pedido especial para los siguientes capítulos anímense, recuerden que todas sus opiniones cuentan 🖤
Dando por finalizados el comunicado, nos seguimos leyendo.
Att. Sagiittae.

Al color del alma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora