capítulo 5

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(Aclaración, pasaron varios días desde el capítulo nterior hasta este. Gracias por leer)

Las horas pasaban y Jumin sólo podía pensar en una cosa.

—Zen— le repetía su cabeza sin piedad alguna mientras luchaba por mantenerse despierto en su reunión de negocios.

A parte de eso, el también maldecía cara a sus adentros, ya que para él, el tiempo pasaba muy lento hoy; y eso no iba con el magnífico empresario entregado Jumin Han.

Una vez terminada la reunión y firmados los dichosos papeles de la misma, el de cabello oscuro volvió casi volando a su apartamento, ya que deseaba con ansias ver a la persona que descansaba en el interior de este.

Y allí estaba, el de cabellos blancos como las nubes de verano, que parecía inmerso en un libro.

—Estoy en casa— decidió hablar Junín por fin, llamando la atención del de ojos rojizos.

—¿Qué tal en el trabajo?—preguntó Zen desde el sofá, mirando a Jumin, el cual se estaba despojando de su abrigo y zapatos.

—¿Prefieres que te cuente la verdad o la mentira?— Soltó Jumin de forma sarcástica, acto que le sacó una risilla tímida al de ojos color rubí.

—Sinceramente, hoy fue todo más lento de lo normal ¡Pensé que no se acabaría nunca!— Continuó Jumin y, sin esperar respuesta del contrario, volvió a hablar—Por cierto, prepárate para salir, hoy vamos de compras al centro comercial. Creo que es hora de comprar ropa para ti.— Dijo finalmente Jumin sin mirar a Zen.

Por otro lado, Zen estaba embobado por las palabras del de cabellos azabache ¿Comprarle ropa? Eso no era parte del trato,sin embargo, Jumin ya lo había afirmado y lo que él dice va a misa. Cabe destacar, que a Zen le pareció un gesto adorable de parte de Jumin, y a causa de ese pensamiento involuntario, un leve rubor cubrió su rostro. Sin más se limitó a musitar     —si...— mientras empezaba a prepararse para dicha salida.

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