Desconocidos

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Lan Wangji estaba sentado en la mesa de un bar con un vaso de Wisky en la mano disfrutando de el.

Le gustaba estos momentos que podía disfrutar su trabajo lo agotaba bastante aunque su hermano siempre intentará ayudarlo había cosas que sólo él podía hacer.

Seguía perdido en sus pensamientos cuando un hermoso chico se acercó a él, disculpe usted es Jiang Cheng.

Salió de sus pensamientos y miró fijamente al joven chico, le sonrió de medio lado.

Nego con la cabeza y siguió bebiendo de su vaso.

Wei Ying sintió que su cuerpo se estremeció cuando vio esa media sonrisa en una cara tan seria se veia como un Dios que había descendido solo para burlarse de él su belleza lo abrumo tanto que no salía palabra de su boca.

Al ver la expresión del chico Lan Wangji quedó fascinado le había gustado el muchachito aunque ya no era un jovencito disfrutaba de una buena noche de pasión de vez en cuando.

Al regresar a sus sentidos Wei Ying sonrió coqueto, tenía una cita a ciegas pero creo que encontré algo mejor, y le guiño un ojo.

Lan Wangji se levantó dejó un billete en la mesa y agarro del brazo a Wei Ying arrastrando lo a fuera del bar enseguida le trajeron su auto.

Subió a Wei Ying en el asiento del copiloto el mencionado no salía del estado de shock de todo lo que estaba pasando, se subió y manejo a su departamento que no quedaba lejos.

Llegaron a un lujoso edificio, estacionó su auto frente a la entrada subieron en el ascensor Wei Ying se había quedado mudo dejándose llevar.

Al llegar a la puerta reaccionó, soltó el agarre como pudo y se alejo un poco.

Wei Ying, lo miró fijamente a esos bellos orbes dorados sus grices se posaron y repasaron a todo ese cuerpo en frente suyo y sin más lo beso.

Fue un beso feroz apasionado y exigente como pudo Lan Zhan abrió la puerta y lo hizo entrar.

Lo arrincono contra la pared e intensificó el beso, se acercó aún más acortando cualquier espacio que tenían.

Se vicio con esos carnosos labios cerezos, al separarse quedó un hilo de saliva colgando de su labio pero la imagen que tenía enfrente le robaba el aliento.

Wei Ying estaba agitado su pecho subía y bajaba con dificultad sus labios rojos y maltratados su cara totalmente roja y jadeaba.

Se estaba volviendo loco viendo al chico lo agarro por la cintura, y siguió besandolo, camino con el cargado su peso era ligero tropezaron con algunos objetos pero ninguno quizo dejar de besarse llegaron a la habitación de Lan Zhan.

Lo tiro a la cama y lo miró tan seductor que Wei Ying trago saliva en seco, se fue quitando su chaqueta muy lentamente, poniendo sus piernas en cada lado de las caderas de Wei Ying volvió a besar fervientemente esos labios.

Wei Ying estaba hechizado por ese hombre desconocido, lo tenía extasiado sus besos lo hacían renunciar a la cordura sus manos acariciaban su cuerpo con devoción con tanta devoción que se estaba derritiendo.

Lan Zhan empezó a regar besos desde su boca hasta su cuello hasta donde tenía piel a su disposición poco a poco  fue quitandole la ropa sin que Wei Ying pudiera negarse estaba perdido en esa nube de lujuria que el lo había subido.

Terminó de sacarle el pantalón y las botas negras que el menor cargaba y muy lentamente haciendo el acto tortuoso, solo se sacó la  camisa con el dorso desnudo camino hacia un lado de la cama tomó un frasco de lubricante y un condon.

Cita A Ciegas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora