Parte 3 "El caos"

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Escucho voces a mí alrededor completamente desconocidas, no podía moverme, solo trataba de regresar mi mente a su lugar, pero todo se sentía tan irreal.

Me di cuenta de que no solo eran voces, eran también ruidos de máquinas que tintinaban. — ¡Despierta Ellie! —una mano toca mi hombro y lo sacude tan fuerte que me provoca un leve gemido. Me levanto de golpe tosiendo fuertemente hasta sentir dolor en mis costillas. Con los ojos entrecerrados pude distinguir un hombre alto, de hombros anchos, con un uniforme de lo que parecía ser policial.

-Soy el oficial Joseph. No te preocupes, todo estará bien- fruncí el ceño. ¿Qué paso? Miré a todos lados y me di cuenta de que estaba en la enfermería de la universidad. Se acercó a mí para darme seguridad. Corrí mi cuerpo atrás aun en pánico, y el oficial suspiro.

–No tengas miedo. No te llevare a una estación de policía. Solo cuéntame lo que paso.

Me había pasado tantas veces que esta era la peor. Sé que miraba cosas, sé que sentía energías distintas, sé que algunas veces algo me perseguía, sé que si Ethan cuida mis espaldas es porque estoy en peligro. Y claramente se, y ahora con certeza que el ser diferente se ha convertido en una mitad de mi misma.

-La verdad no lo recuerdo muy bien, lo siento mucho- susurre débil. Sabía lo que paso con efecto, pero él no tenía que saberlo. Él no me iba a creer y yo no le iba a juzgar por ello.

Me miro con paciencia. – ¿Recuerda si quiera lo que estaba haciendo antes del desmayo? ¿Acaso trataste de que un auto te atropellara? Cuéntame, ¿ya te ha pasado antes? - me ataca rápidamente con preguntas. Lanzo un brinco desde la camilla y me puse delante de él. –Enserio lamento mucho no poder cooperar con su investigación, pero no hay mucho que decir. Así que, discúlpeme tengo que regresar a clases.

Al oficial se le dilatan los ojos. Seguramente no esperaba una reacción así, y menos de una jovencita de diecinueve años.

–Pasare por tu casa señorita Rickford, supe que estuvo internada en un psiquiatra, necesitaras ayuda- pare en la manija de la puerta. Tan solo estábamos los dos en la pequeña enfermería. Gire un poco para verlo y su rostro refleja seriedad y cautela. –No es raro que lo sepa, todos lo saben igual. Pero no es necesario que visité mi casa por información ni a ofrecerme la ayuda de la que ya tuve antes y que no me hace falta ahora. Que este bien claro, gracias.

Mensaje a Matt, mi compañero de clase con la intención de tome apuntes por mí. Decido recorrer el campus del bloque que conecta las áreas de química y literatura inglesa, y sonrió con tranquilidad al ver a Jen marcando a su móvil. Me mira y se queda pálida. Apaga su móvil y se lo mete a el bolsillo mientras recorre el camino hacia a mí.

-¡Jenette!- di un chillido y la abrazo. -¡Ellie!- me aprieta más de lo inusual. –He estado llamando como loca pensando que estabas en tu casa. No sabes como he sufrido desde entonces. Llame a la policía sin saber qué hacer, y Matt se presentó a auxiliarme mientras llevaban tu cuerpo al hospital. De ahí, no supe más.

¿Me habían llevado al hospital? ¿Qué tan serio fue para caer en las manos de un doctor?

-Jen, calma- intento mantenerme serena, aunque los nervios me consumen por dentro. –No recuerdo lo que paso, lo único que sé es que he despertado en la enfermería. Te agradezco por preocuparte, pero necesito que me digas que me sucedió.

Mi yo interno se enfureció. ¿Ellie, algún día dejaras de mentirle a la gente que te quiere?

Oh no, cállate ¡ahora mismo!

Ella ladeo su cabeza confundida. –Como saberlo si estaba retirando dinero.

La quede viendo con ironía. –Estuviste ahí cuando yo me desmaye en la acera de la calle ¿no es así?, entonces sabes cómo estaba en ese entonces- Jen me mantuvo la mirada por un instante. ¿Qué no me quería decir? ¿Por qué no me lo decía? ¡Ella tenía que decirme que había visto!

LADO OSCURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora