Parte 9 "Cuenta regresiva"

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-¿Hola?- su voz suena haciéndome sentir tranquilidad.

-Eh...hablas con...

-Lo sé. Eres la única que tiene el número. ¿Dónde estás?

-Yo... no soy la mejor persona para pedirte un favor, pero de verdad te necesito.

La línea se quedó en silencio un momento. -Hablas demasiado Ellie, dime ¿en qué te metiste?

Y aquí viene. –Yo...yo...- quite el teléfono de mi oreja y lo tape con mis manos. Respire profundo para calmar esto que estaba sintiendo. ¿Cómo le iba a decir de lo que me acusaron?

-¿Ellie? ¿Qué paso? ¡Háblame!- oí su voz preocupada. Tome un tiempo apoyando mi cabeza a la fría pared, y vuelvo agarrar del teléfono ahora con más firmeza. –Mucho antes de conocer quién era en realidad, tenia de mi lado a Ethan quien por muchas noches trataba de mantenerme fuera de los peligros de la calle. Sé que me protegió por muchos días, pero había veces que la situación se le salía de las manos. Y eran esos días aquellos en donde yo era la peor delincuente de toda la ciudad. Aun no sé qué tanto hice en aquellas noches, pero sé que no es bueno. Lo sé porque justamente hoy una chica me acuso de haber herido a su hermana muy salvajemente. - deje de hablar y apenas respiraba.

La línea se mantuvo un tiempo sin hablar, pero luego lo escuche. –Una estación de policía ¿no es así? ¡Cielos! Esto es peor de lo que pensé. Escúchame bien Ellie, enviare a un hombre de cabello cobrizo y ojos negros, síguele la corriente en todo lo que te diga y por favor no dudes de él en ningún momento. Para cuando salgas de ahí, los tres nos encontraremos.

Fue demasiado rápido de procesarlo para poder debatirlo. -Está bien lo hare- lo que sea en estos momentos.

-Y otra cosa, prepárate para ver como algunas cosas cambian-. La línea cuelga y los guardas me llevan nuevamente. Estaba frustrada conmigo misma. Esta no era la yo de siempre, y esto a lo mejor no es lo que me gustaría llegar a ser, nunca.

Me encaminaba hacia la única cafetería del sector en compañía de Marcus, el hombre con cabello cobrizo y ojos negros. Había pasado esos veinte minutos en una celda fría y espantosa. Me impresiona cuando el mismo policía que estaba al cargo de mí, me dijo que podía irme a mi casa sin ningún problema, y por la pinta de Marcus veo poco probable que haya pagado la fianza.

-Pague la fianza- me susurro al lado. Todo mi concepto sobre este chico había cambiado. –Y también de que ningún cargo hasta el momento este en tu contra. Bueno al fin de cuentas solo son sospechas-. Volvió a mencionar, pero esta vez me advirtió que no iba a mantenerse así por mucho tiempo, y si tenía suerte tal vez se olvidarían del caso, pero y si no, tendré que poner las cartas sobre la mesa.

-Gracias, no sé cómo sentirme al respecto con todo esto-. Las personas tenemos esa costumbre de huir de nuestros temores, pero lastimosamente siempre nos persiguen.

-No tengo ningún problema de regresarte a esa sucia celda si es lo que quieres- lo dice de la manera más natural, justo como él parecía que era.

La presión que tenía por no ser la persona que quise ser, era demasiada. -Me gustaría arreglarlo, pero sé que es imposible. Mi mente me come, siento la culpa de tantas personas-. Solo quería decírselo a alguien, alguien que no fuera solo la voz de mi cabeza.

Marcus me mira con algo de lastima. –Esto pasa cuando empiezas a desarrollarte como un Oscuro- lo miro con duda y él lo nota. –Me refiero a los integrantes del Ministerio, así nos llaman...En todo caso solo cambias de ánimo, cambias de persona, y entre tantas cosas dejas que tu lado osado se apodere de todo tu ser hasta el punto de llegar a ser cruel. No es algo que resulte bueno para ninguna persona, pero tienes que enfrentar estas cosas, no puedes evitarlo. No puedes temer.

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