sɪ ᴇsᴛᴜᴠɪᴇʀᴀs ᴇɴ sᴛʀᴀʏ Kɪᴅs

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"Felix cumpleaños pequeño solecito Félix"

Desde la mañana Hee Sok se la paso organizando su salida con el chico de las pecas, a diferencia de Han, no le hizo el desayuno pero le tenía algo igual de lindo.

Una vez los chicos comieron, cantaron las mañanitas y jugaron. La peli lila se llevo a las calles de Seúl al pecoso, con cuidado de que no los siguieran. Una vez llegaron al lugar que la chica eligió se sentaron sobre el césped.

- Cerezos

- Yup, me pareció buena idea -se alza de hombros- ¿Te gusta?

- Me encanta

- Me alegro, bueno a comer

- Noona acabamos de comer nuestro peso en comida -ríe-

- Más vale que sobre que falte

- Pero...

- Sin peros -abre la canasta que traía-

- ¿Esas son mis galletas? -alza una ceja-

- Nou~

- Noona -se cruza de brazos-

- Bieeen, si son tus galletas, pero no dejamos mucha comida -junta sus dedos índices-

-ríe- Solo bromeaba

- Pésima broma

- Hey

- Perdón estoy sentimental ¡¿Por que tienes que crecer?! -se limpia lágrimas falsas-

- Oh por dios noona -la abraza- Es inevitable

- ¿No puedes quedarte chiquito? -hace un puchero-

- No es posible

- Mis niños crecen... No es bonito, estoy envejeciendo

- Pero que dice, usted es hermosa

- Por eso somos novios -sonríe y come una galleta-

-ríe- Si es por eso -le sigue el juego-

- Sabes... Sigues creciendo pero aún eres ese chico lindo, eso me gusta -se recuesta en su hombro-

- No por crecer voy a cambiar

- ¿Y si lo haces?

- ¿Por que piensa eso?

- Es mejor no contarte, es tu día no pienso arruinarlo -se sienta enfrente de él y comienza a tocar cada una de sus pecas- Tu no tienes la galaxia en los ojos, la tienes en el rostro -sonríe-

- Basta~ hará que me sonroje

-comienza a besar su rostro-

-ríe- Noona~ hace cosquillas

- No puedo evitarlo -ríe- Eres muy bonito solecito por favor no cambies

- Lo prometo

Luego de pasar un gran rato bajo aquel cerezo y acabar con las galletas de Félix ambos se fueron al departamento donde, al igual que Han, la chica le cantó. A diferencia que está vez besaba su rostro y jugaba con las manitas de chico, el cuál no tardó en quedarse dormido ante el canto de la mayor, mientras que ella se quedo dormida mientras veía al que ya consideraba otro hermano para ella.