Introducción I: El despertar

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Despertó. Estaba oscuro. Lo primero que hizo fue tratar de moverse, pero notó que algo lo aprisionaba. Se encontraba en una especie de cápsula que le impedía moverse. Ya que escapar le resultaba imposible, comenzó a pensar: ¿qué hacía allí? Su cabeza le daba vueltas, como si acabara de despertar de un largo sueño. En su mente resonaba un nombre: Excálibur. Se dio cuenta entonces de que no eran imaginaciones suyas: realmente alguien lo llamaba, una voz femenina y mecánica, que repetía ese nombre, para hacerlo reaccionar.

- ¿Qui... quién eres?- trató de llevarse la mano a la cabeza, pero no pudo debido al reducido tamaño de la cápsula.

- Gracias al cielo que has vuelto, Excálibur. Mi nombre es Lotus. Pero no tenemos mucho tiempo. Van a sacarte de aquí.

- Pero... ¿quiénes? ¿por qué? ¿qué hago aquí?- seguía sin comprender Excálibur.

- No queda tiempo, tenno,- la palabra tenno le produjo un pinchazo en el cerebro, como si significara algo muy importante- los grineer te sacaran en breve de tu cápsula. Cuando lo hagan y seas libre, corre... corre lo más que puedas... y busca un hangar, trataré de sacarte de allí... Pero no dejes que te atrapen... eres mi única esperanza, Excálibur...

La voz se esfumó. De repente, el prisionero vio como la tapa del recipiente que lo contenía se abría poco a poco. Cuando se abrió del todo, y se hubo acostumbrado, observó el panorama. Se encontraba en una especie de pantano. A su alrededor, unos seres horrendos, de cara arrugada, ojos malévolos y armaduras negras saltaban de alegría, mientras el que parecía su líder, que llevaba una vestimenta más lustrosa (y de cara aún más horripilante) gritó en un idioma extraño, a base de gruñidos y sonidos guturales ininteligibles. Luego, se dirigió a él. Entonces, la cápsula lo liberó, dejándolo caer desde una altura de dos metros. Ya en el pútrido suelo, trató de levantarse, pero el agotamiento se lo impedía. El líder de los horribles seres, que se había acercado a él con precaución, le colocó un extraño artefacto anaranjado desde su tobillo izquierdo hasta el cuello. Luego, le cogió por la barbilla, y sonrió orgulloso.

- Vaya... parece que... por fin te tengo... tenno...- parecía que le costaba hablar el idioma, pues hablaba entrecortadamente, con numerosas pausas- Te he estado buscando... Tus amos fueron listos... escondiéndote en el lugar... más impredecible... ¡Pero a mí... no me engañaron!

- ¿Quién...?- Excálibur apenas podía hablar.

- ¿Me preguntas mi... nombre? ¡Para ti... soy el capitán grineer... Vor! ¡Y desde ahora... tu nuevo amo!- sus acólitos gritaron de júbilo en su propio idioma.

- No... Tú no eres mi amo, ni tú ni nadie...- respondió, mientras poco a poco se levantaba. Vor retrocedió algo inseguro, pero volvió a sonreir.

Gritó en su idioma, y los grineer avanzaron hacia a él, con cuchillos. Se decidían a dejarle inconsciente, para seguramente llevárselo. Terminó de levantarse. Ahora recordaba quién era, y lo más importante de todo, qué era capaz de hacer. Ese monstruo pensaba que sería fácil capturarlo, pero no sabía lo equivocado que estaba... porque él era un tenno.

Dio un salto tremendo hacia la cápsula, y encontró lo que buscaba: una espada blanca con rayas negras y rojas. Luego, se impulsó con la pared, para caer sobre el primer grineer, ensartándolo contra el suelo. Vor envió a toda su tropa al ataque. Entonces, Excálibur se lanzó contra sus enemigos, espada en ristre. Se llenó de energía azulada, y dio un corte transversal mientras corría hacia ellos. Una vez se paró, todos y cada uno de los grineer yacían en el suelo, con abundante sangre bañándolos. A la luz, el guerrero podía verse en su totalidad. Era una especie de humanoide, con un casco con un cuerno en la frente y envuelto en una armadura grisácea y brillante. Limpió la espada y la guardó. Vor era el único que aún permanecía en pie.

Warframe: Tenno's AwakeningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora