LA FELICIDAD PERDIDA

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Echo la vista atrás y mis ojos brillan de alegría, recuerdos felices de años pasados que nunca olvidare.
Llevó marcado a fuego la nostalgia de una infancia divertida y de una familia unida.
Aún recuerdo ese patio, con olor norteño a vaquería, a mi abuelo con sus vacas ordeñando todo el día, y en la casa el fogón con olor a la comida.
Todos juntos, siempre juntos, sin pensar que nada nos separaría, recuerdos felices de una familia unida.
Siempre bromas, siempre risas, melancolía de mi infancia perdida que jamás olvidaré hasta el resto de mis días.
Echo la vista atrás, y mis ojos se humedecen, no es de llanto ni de ira, si no de alegría, y de recuerdos de una familia que estuvo muy unida.

La Vida en SepiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora