Compañera mía, que a veces me acompañas,
Bella dama que me seduces en mis momentos más íntimos,
No siempre puedo amarte, pero eres muy importante,
Como una amante que cuando te necesito estas,
Comprensiva, reflexiva, y a veces egoísta,
Pero fiel a la cita cuando quiero tu compañía.
Siempre me acompañas si te necesito,
Y te abandono, si me siento vivo.
Cuando mi vida acabe, tu estarás,
Y me ayudarás a cruzar la orilla con tu compañía.
Gracias soledad, porque siempre me devuelves a la vida.
