Sentimiento de valor, de pureza y verdad al entrar al redondel,
Tarde de luz, como voces de Abril, con olor a flores y jazmín,
La mirada lejana, retadora, y esperando, al duelo por venir,
Espera, temor, admiración por el rival, de una lucha sin cuartel,
La danza empezó, y un corazón cosido al capote, empieza a latir,
En el centro del redondel, despliega el capote, el arte comienza a surgir,
Un derechazo, un natural, pisando el terreno de la verdad, es emoción,
Rasgando el tiempo, en un segundo de eternidad, la vida paro'
Acoplamiento perfecto, de una lucha feroz, con nobleza entre dos,
Como un gigante perfila la suerte suprema, del dilema, la muerte o la vida,
La decisión está por llegar en una lucha sin igual, o el, o yo, no caben dos,
El miedo no importa, el orgullo del duelo, de la muerte, o de la vida.
( Homenaje a José Tomás, el más Grande )