:( N° 3 :(

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A pesar de estar cansado por la escuela y por mis quehaceres en casa, no dejaba de ir al bosque y me sentaba ahí, en un tronco caído, a dibujar el símbolo proxie en mi cuaderno. Lo hacía una y otra vez, remarcaba muchas veces con el lapíz el símbolo. Leí en internet que si se dibujaba ese símbolo de círculo con una X en medio, entonces Slenderman aparecería y eso es lo que yo más quería. Deseaba verlo, saber lo que se sentiría estar ante su presencia. Pero, nunca aparecía, ni si llenaba el cuaderno entero del mismo símbolo de diferentes tamaños. Igual, dibujarlo se me volvió obsesión, así que a diario rayaba mi banca de la escuela con él y mi cuarto lo llené de hojas con ese símbolo y dibujos del bosque y Slenderman en él. No había problema con eso, ya que mi madre nunca entraba a mi cuarto y tampoco tenía amigos o parientes que lo hicieran. Sólo yo entraba y salía de mi habitación.
Comencé a escribir información acerca de Slenderman en un cuaderno negro con líneas amarillas en su tapa y contratapa. Escribía con una lapicera roja oscura.

No sabía porque la existencia de Slenderman no me parecía un disparate. Era como si yo ya lo conociera. Como si acaso ya lo hubiera visto en mi niñez. A veces tenía recuerdos que aparecían de la nada en mi mente, eran rápidos, pero siempre eran relacionados al bosque y Slenderman. Incluso, solía dolerme mucho la cabeza después de eso.

Me costaba mucho dormir, así que algunas noches salía a caminar. No importaba la hora, yo no tenía miedo ya que siempre llevaba mi pistola conmigo. De todas formas, con mis ropas nadie pensaría que podrían robarme algo o que tenía algo, quizás si que yo era el ladrón.
En una ocasión, estaba caminando detrás de una mujer y ella volteaba a verme desconfiada y con miedo, como si yo fuera a robarle. Eso me hacia soltar una risa, ya que me parecía un prejuicio de su parte, pero igual no puedo negar que el miedo en sus ojos me agradaba, así que algunas veces cuando esto volvía a pasar, aceleraba mis pasos para poner a las personas más nerviosas y ellos prácticamente terminaban corriendo.

La noche siempre me dio una sensación extraña, me sentía más despierto en ella que de día. Todo es mucho más silencioso de noche, sobre todo las calles desoladas y ni hablar del bosque. Me gusta cuando sopla un leve viento que mueve las ramas de los árboles y como se ven estos reflejados con el brillo de la luna. La noche es de color azulado a veces, eso me agrada y siempre lo hizo.

Una noche en particular en el bosque, me encontré tirado en el suelo un pasamontañas negro con 3 agujeros, 2 en la parte de los ojos y 1 en la boca. Pensé que era bastante simple, pero igual me lo lleve. Sentí que alguien lo había dejado ahí para mí, sobre todo porque estaba cerca del tronco en el que siempre me sentaba a dibujar.

Cuando llegué a casa, quise mejorar el pasamontañas porque lo veía muy vacío. Saqué del cajón que tenía mi madre con telas una roja transparente, tan sólo corté un pedazo con las tijeras. Mi madre no se dio cuenta porque estaba dormida.
Corté dos círculos de la tela para los ojos y en forma ovalada para la boca. Cocí los pedazos con hilo también rojo y me gustó el resultado. Al principio, la parte de la boca iba a ser en forma de sonrisa, pero al final quedo una cara triste. Pero, no me disgustaba. Tan sólo quería hacer algo diferente.
Cuando me puse el pasamontañas, fui hasta el baño para verme en el espejo. Lo bueno era que podía ver bien con él. Pero...me sentí diferente con el pasamontañas puesto, como si no fuera yo.
Esa noche me lo dejé puesto hasta el amanecer y cuando sonó la alarma para ir a la escuela me lo quité y lo guardé debajo de mi almohada. Costaba un poco respirar con él, pero no era la gran cosa.

Desayuné una manzana y salí para la escuela. Al llegar, vi un cartel en el pasillo que decía:

"ESTE 31 DE OCTUBRE...
¡¡¡CONCURSO DE DISFRACES CON PREMIO PARA EL MEJOR DISFRAZ DE HALLOWEEN!!! 🎃"

Mi realidad (Hoodie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora