十二

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Después de que Nagisa se fuera, los tres estábamos a punto de volver a casa, sin embargo, una voz nos detuvo.

- Nanase- Llamaron a Haru. Cuando nos dimos la vuelta, vimos a Sousuke Yamazaki. No sabía cuánto tiempo llevaba parado ahí- ¿Por qué no entraste?- Le preguntó. Si no me equivoco, era la primera vez que el de ojos turquesa hablaba con Haru, sin embargo, no parecía eso. Ni siquiera lo saludó o se presentó. No tengo idea de qué era lo que Yamazaki buscaba, si quería competir con Haru, o si buscaba ser más rápido, a pesar de eso, habían chicos mucho más rápidos, ya que, por lo que sabía, él participó en los 100 metros de mariposa y libre, y no ganó en ninguno de los dos. Después de una pausa, Haru respondió.
- Comenzamos las actividades del club de la secundaria, así que no hemos tenido tiempo para nadar en el Club de Natación- Le dijo.
- Oh, ya veo, así que comenzaste las actividades del club- Comentó Yamazaki. La manera en la que lo dijo y la sonrisa de su cara expresaban desprecio, yo fruncí el ceño- ¿Es la Secundaria Iwatobi tan difícil?- El chico no dejaba de mirar fijamente a Haru, tal y como Sakuyuki había hecho hace un rato. Pude sentir que Haru ya no quería hablar, por lo que respondí.
- El año pasado parece que estuvieron a nada de pasar al torneo regional- Dije. Sé que tal vez no era el mejor resultado pero...
- ¿No eran nacionales, sino regionales? ¿El ambiente es mejor que el Club de Natación Iwatobi?- Yamazaki me miró, su mirada era penetrante y desafiante. Makoto intervino.
- Es una piscina normal al aire libre... Y hay muchos artículos de entretenimiento muscular- Dijo el castaño. El entrenamiento muscular, ¿enserio, Makoto?
- Claro, ¿y tienen un buen entrenador?- Cuestionó el ojiturquesa.
- Sí, bueno, tenemos uno a cargo de nosotros- Le respondió Makoto. Haru parecía ya irritado por la presencia de Yamazaki.
- Oh, ¿y es alguien con buenos resultados? ¿Es algún ex-representante de Japón?- Preguntó ahora.
- Es nuestro manager de tercer grado- Respondí. Sousuke se carcajeó.
- ¿Entonces no es muy bueno nadando y por eso se convirtió en entrenador?- Preguntó y pude ver que algo pasó por la cabeza de Haru.
- No subestimes sin saber- Le dijo el azabache.
- ¿Hah? ¡¿Quién está subestimando a quién?!- Estalló Yamazaki sin ocultar su ira- ¿Acaso has pensado en Rin? ¿En los sentimientos con los que nada en este momento? ¿Puedes ser más rápido con eso? ¡¿Crees qué Rin se conformaría con eso?!- Bombardeó el de ojos turquesa sin apartar su mirada del azabache. Pude ver cómo Haru comenzaba a liberar su energía.
- No es como que nade para complacer a Rin, nado por mí mismo, y no tiene nada que ver contigo- Le dijo frunciendo el ceño más de lo que ya estaba haciendo.
- ¡No juegues conmigo!- Le respondió Yamazaki regresándole esa misma energía. No iba a soportar que alguien llegara y comenzara a reclamarle cosas sin sentido a Haru, por lo que me interpuse entre ellos y miré a al más alto.
- Ustedes dos, ¡cálmense un poco!- Dije dirigiéndome más hacia Yamazaki que a Haru. Makoto estaba algo nervioso mirando la escena, pero lucía calmado- No significa que vayamos a dejar en Club de Natación, participaremos en los torneos de otoño, las prácticas son difíciles- Agregué sin apartar mi mirada de Yamazaki.
- Tsk...- Un sonido escapó de la boca de éste último, y volvió su mirada a Haru- No olvides los sentimientos de Rin al querer nadar con ustedes, no te perdonaré si haces algo a medias, sólo para que te quede claro- Terminó por decir, y se fue, lleno de resentimiento. Por alguna razón me recordó a Rin, obviamente no por su apariencia, sino esa energía que emanaba, y que lograba hacer irritar a Haru. Suspiré y lo miré. Él respiró profundamente y miró hacia el cielo.

Pasado ese incidente volvimos a casa, en silencio. A pesar de que estábamos acostumbrados a ello, este parecía un silencio diferente, como si quisiéramos hablar pero nada saliera de nuestra boca. Así fue todo el camino, Makoto, yo y Haru, en ese orden nos encontrábamos caminando. El orden de siempre. Estos días habían cambiado tantas cosas, habían pasado demasiadas cosas, pero esta era una de las que se habían mantenido igual. Por un momento Rin llegó a mi mente. ¿Qué será de él, en un país completamente nuevo... Sin saber el idioma, sin tener alguien conocido ahí? Mi corazón se encogió. Tal vez Yamazaki tenía una idea de cómo lo estaba pasando nuestro amigo pelirrojo en Australia, y por ello se encontraba tan furioso. Creo que lo entiendo, eran mejores amigos... No, más que eso, eran rivales. Y por lo poco que supe de ambos, sé que Yamazaki era la persona que mejor entendía a Rin. Y con mucha razón se preocupaba por él. Entonces comencé a pensar... ¿Qué pasaría si algún día me tuviera que separar de Makoto y Haru? ¿Sí algún día mi familia decide mudarse definitivamente a México y llevarme consigo, sin tener una fecha de retorno? Suena algo estúpido de pensar, ya que la familia de mi padre se encuentra aquí, así como la mayor parte de su vida... Y la mía. Además, mi sueño está aquí, en ser la mejor nadadora de Japón, o mejor dicho, del mundo, proveniente de Japón. No podía alejarme de ese objetivo. Pero... ¿Y si mi sueño debe continuar en otra parte, tal y como el de Rin? No, él y yo somos diferentes. Pero, ¿y si entonces es el sueño de Haru el que continúe lejos... O el de Makoto? Ah... Pensar en el futuro es tan molesto. - Mizu...- ¿Eh? ¿Haru?- ¡Mizu!- Escuché que me llamaba el azabache. Ni siquiera me di cuenta de que ya habíamos llegado a casa, o más bien, a casa de Haru. Él me miraba con el ceño fruncido como si intentara adivinar lo que estaba pensando.
- Ah, Haru-chan... Lo siento, me perdí- Le dije con una pequeña sonrisa amarga. Él lanzó un suspiro.
- Me di cuenta, ¿comemos algo?- Me preguntó. Makkou se encontraba recostado en la entrada al patio, tranquilo. Yo asentí ante la pregunta de Haru- ¿Caballa con piña?- Cuestionó mientras le servía de comer al perro. Yo solté una risa.
- Claro, nunca me cansaré de comerla- Le respondí. El azabache volteó y me dedicó una pequeña sonrisa.
- Bien, ayúdame a prepararla entonces- Me dijo levantándose y yo asentí. Nos dirigimos a la cocina, y comenzamos a sacar los ingredientes, pero nos dimos cuenta de algo.
- Ya no hay caballa- Dije mientras veía el interior del refrigerador. Haru se acercó rápidamente y lo inspeccionó, juro que en su cara pude ver una expresión de espanto.
- ¿Tan rápido se acabó?- Preguntó más para él que para mí.
- Haru-chan, creo que deberías dejar de comer caballa a las 3 de la mañana- Bromeé soltando una pequeña risa. El ojiazul me miró con algo de recelo y cerró la nevera.
- Bueno, vamos a comprarla- Me dijo mientras se quitaba su delantal.
- ¿Eh? ¿Y por qué no vamos a ver si hay en mi casa? Hace no mucho hicimos las compras y trajimos caballa, dudo que papá se la haya acabado- Le dije a Haru. Él me miró con un pequeño brillo en sus ojos.
- ¿Comemos en tu casa esta vez entonces?- Me preguntó.
- Pues es lo mismo que comamos aquí o allá, también podemos usar la cocina de mi casa- Respondí sonriendo. Él se sonrojó un poco y asintió. Nos despedimos de Makkou y nos dirigimos a la entrada, nos pusimos los zapatos antes de salir y caminamos rumbo a mí casa. Entramos y nuevamente nos quitamos los zapatos. De ahí fuimos directamente a la cocina y me dirigí al refrigerador- Bien, es hora de la verdad- Dije con las manos en el mango del electrodoméstico, mientras Haru estaba detrás de mí esperando encontrar el grandioso pescado. Entonces abrí la puerta del refrigerador y fue como si una luz sagrada nos iluminara la cara a ambos. Casi la mitad del mismo estaba llena con caballa, parece que mi papá se dio cuenta de que me gusta. Pude escuchar cómo Haru soltó un suspiro de alivio y se levantaba.
- Bien, ya tenemos qué comer- Dijo- Pero aún así debo ir a comprar más, no me voy a acabar la caballa que tu padre compró- Me miró con algo de resignación. Yo sonreí.
- No te preocupes, Haru, creo que esta caballa es más para mí que para papá, así que prácticamente es tuya y mía- Dije mientras sacaba el pescado que cocinaríamos. Él me dedicó una sonrisa con un pequeño sonrojo, y asintió.

[Suspendida] Volviéndonos uno (Haruka Nanase y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora