ᴠᴇɪɴᴛɪᴛʀᴇ́s

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Joaquín caminaba sin rumbo, había salido de la casa de Emilio cuando este no dijo nada, ni siquiera lo miró, se sentía demasiado desilusionado, realmente él no creía, sus hijos no podrían ser de Mauricio, seguramente Emilio lo está odiando, no ent...

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Joaquín caminaba sin rumbo, había salido de la casa de Emilio cuando este no dijo nada, ni siquiera lo miró, se sentía demasiado desilusionado, realmente él no creía, sus hijos no podrían ser de Mauricio, seguramente Emilio lo está odiando, no entendía cual era el propósito de Nikolás, siempre interponiéndose entre el rizado y él

Limpió las lágrimas que caían, tenía que estar tranquilo, no podía poner en riesgo a sus hijos, comenzaba a sentirse mareado

-Joaco...- Eduardo estaba delante de él mirándolo con preocupación, el castaño sollozó

-¿Tú lo sabías? ¿Sabías que Emilio no es el papá de los gemelos?- Preguntó con voz ahogada, Eduardo cerró los ojos, maldita sea, Nikolás lo había hecho.- Lo sabías, ¿porqué me hacen daño Eduardo? Yo quiero estar con Emilio y ustedes sólo hacen algo para alejarnos.- Sollozos salían de su boca

-Hey, Joaco tranquilo, por favor tranquilízate, les hará mal a los gemelos.- El ojiverde se acercó al castaño, este retrocedió.

-Pensé que Nikolás era mi amigo, yo lo veo como mi hermano Lalo ¿Por qué me hace daño?.-

-Joaquín, sólo algunas veces hacemos cosas que nosotros creemos que es lo mejor para la otra persona, sólo queremos lo mejor para las personas que amamos y a veces no lo ven así, a Nikolás le preocupas y si hace todo eso es porque te quiere aunque se vea lo contrario con sus acciones.- Eduardo miró a Joaquín, se veía tan malditamente perdido.

- Los mellizos son de Emilio ¿vedad?- Eduardo asintió, de pronto un mareo llegó a su sistema lo que lo hizo tambalearse, el rizado de puso alerta.

-¿Joaquín? ¿Te sientes bien?- No recibió respuesta, sólo el castaño cayendo en sus brazos, desmayado.

[••]

-¿Qué pasó Eduardo?- Preguntó Elizabeth ya en el hospital, después de que el castaño se desmayara Eduardo lo llevó al hospital, pues sabía que los mellizos podrían estar en peligro al igual que el de piel porcelana.

- Nikolás hizo lo que quería.- Dijo simple mirando a la pared, Elizabeth suspiró no soltando una maldición

-¿Emilio qué dijo?

-No lo sé, sólo encontré a Joaquín por la calle donde trabajo, estaba demasiado mal y no sé, Nikolás no contesta las malditas llamadas.- La mujer se sentó a su lado.- Elizabeth... ¿De dónde sacaron aquellos análisis?

-Son falsos Lalo, no hicimos ningunos análisis, sólo desde el principio esos están los planes, yo pensaba lo mismo que Nikolás, que ellos no se amaban, que sólo querían sexo y que sentían sólo simple atracción.- Eduardo rodó los ojos.- Pero ahora se que Emilio ama a Joaquín, y me siento tan idiota de dudarlo

-En eso si tiene razón.- Ambos rieron, pararon cuando vieron que Oliver se acercaba a ellos, mirándolos con pena ...

[••]

El rizado estaba en la sala mirando aquel papel, no sabía cómo reaccionar, Joaquín había salido de casa y Nikolás ya tenía tiempo que se había ido, no sabía si realmente era cierto, si los mellizos no eran sus hijos

Solo quería explicaciones, no entendía absolutamente nada, negó con la cabeza rompiendo aquel papel, ningún papel le diría que los mellizos no eran sus hijos, el ama a Joaquín y ama sus hijos, no le importaba nada, los mellizos eran sus hijos, no iba a dejar a aquel caatañito, sería muy idiota en hacerlo, tenía que enfrentar sus problemas no que estar huyendo, ya no quería eso.

Tomó su teléfono y marcó a Joaquín.

Buzón de voz

Intentó más veces, pero nada, Joaquín no contestaba

Maldijo levantándose del sofá caminando de un lado a otro, su teléfono comenzó a sonar, lo tomó rápidamente y contestó sin ver quien era.

-Joaquín, por favor regresa a casa tenemos que hablar.- Habló ansioso

-Eh, lo siento Emilio, no soy Joaquín.-

-Oh, lo siento Eduardo, tengo que colgar y buscar a Joaquín él salió y...-

-Emilio, tranquilo, Joaquín, él está en el hospital.-

Sintió su alma, literalmente, salir de su cuerpo.- Necesitamos que vengas Emilio.- El rizado colgó dejando salir un sollozo, esa no era buena señal, Joaquín y sus mellizos estaban en peligro.

[••]

Manejó hasta el hospital, bajó del auto y caminó hasta la sala de urgencias, estaba nervioso, buscó con la mirada a Eduardo, sintió su cuerpo temblar, Elizabeth estaba llorando.

-¿Qué...?- Eduardo lo miró, sus ojos se veían irritados, Emilio suspiró cortado.

-Hey Mailo, ¿Quieres ver a Joaquín?- Preguntó Eduardo, Emilio frunció el ceño pero asintió, El castaño le hizo una seña que lo siguiera, así lo hizo.

Llegaron a la habitación, Emilio entró mirando a Eduardo, el cual no lo miraba, dentro de la habitación volteó a la camilla, en ella estaba Joaquín, se veían demasiado mal, muy pálido y los latidos de su corazón apenas se escuchaban.

-J-Joaquin...- Susurró caminando a él tomando su mano, estaba frío.- Bonito, no te vayas joder, tienes que estar conmigo amor por favor, te amo.- Lágrimas bajaban por sus mejillas, los ojos del castaño se abrieron, sin el brillo que los caracterizaba.

-Shh... No me iré, me quedaré aquí.- Señaló el corazón del rizado, este sollozó.- Tienes que cuidar a nuestros hijos Emi ¿Ya los viste? Son muy pequeños y muy fuertes, son mis pequeños guerreros.- Y era así, los mellizos nacieron antes de tiempo, ambos estaban en observación, nacieron sanos, sólo que muy pequeños, apenas iban a cumplir siete meses, Emilio se sorprendió y miró el estómago de Joaquín, en efecto, ya no estaban sus hijos.

-Joaco por favor, tu también eres fuerte Joaquín, no te vayas.- Susurró besando los nudillos de Joaquín, limpió sus mejillas y sacó la pequeña caja que tenía en sus bolsillos traseros.- Yo pensaba decirte esto en otra forma, pero te amo Joaquín, has sido la casualidad más bonita que me ha pasado, te amo, yo te estaba buscando desde hace tiempo, sabía que eras tú la persona con la que quiero compartir el resto de mi vida, porque saldremos de aquí bonito, nuestros hijos tu y yo iremos a casa y seremos una familia, los cuatro juntos, no voy a permitir que te vayas como si nada y dejarnos, por eso Joaquín, quiero que seamos una familia... ¿Te quieres casar conmigo?- Abrió la pequeña caja dejando ver un anillo sencillo pero hermoso, Joaquín jadeó sollozando, su respiración era más lentos.

-S-Sí Emilio.- Asintió limpiando, torpe, las lágrimas con dificultad, Emilio sonrió tomando la mano de Joaquín colocando el anillo en el dedo anular.- Te amo Emilio, no lo olvides...

Un último latido...

-𝓜𝓪𝓻𝓪

Atracción ||•Emiliaco [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora