11- Lucha Interna

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No sé que hacer.

Es como si dos personas vivieran dentro de mi:

una quiere esperar en tu tiempo, confiar, descansar en tu voluntad, esforzarse en tu gracia por sé que es todo lo que necesito;

y después está la otra, que le encanta ceder ante la presión, ama tener el control y se desespera cuando no lo tiene.

Está la que escucha al Espíritu Santo,

y la que escucha a mis sentimientos y emociones.

Y las dos viven dentro de mi,
las dos están en una constante lucha,
las dos son parte de mi diario vivir y reclaman hacerse sentir.

A decir verdad, aunque me gustaría seguir al corazón, se que este es engañoso como ninguno, se que esa parte de mi solo esta viendo el presente.
Por otro lado esta mi espíritu, que conoce lo que es mejor, y entiende lo que es esperar sin desesperar, porque tiene un enfoque en lo sobrenatural, en lo eterno, porque cree que hay algo más allá de lo presente, porque está seguro de que hay alguien más que tiene el control de lo que yo no puedo, y aún de lo que puedo.

Uno tiene la incertidumbre de si podrá ser.

El otro está seguro que dentro de la voluntad de Dios todo es posible si puedo creer.

Y aquí estoy yo, sabiendo a cuál debo escuchar. Pero queriendo ignorar la verdad.

Porque es así, es más fácil ver el ahora, es más fácil dejarse llevar por el impacto instantáneo, que luchar por seguir adelante, que esforzarse por mirar más allá, es más fácil dejar que te ensucien cada día sin hacer nada, que intentar limpiarte cada vez sabiendo que lo volvern a hacer. Bueno, eso es lo que parece.

Si embargo, lo fácil puede funcionar por un tiempo, pero cuando estás diseñada para dar más, lo fácil no será suficiente y te sentirás en la necesidad de buscar algo más.

Es ahí donde estoy, no quiero lo fácil, me aterra, pero lo difícil también cuesta, lo difícil es no hacer nada, simplemente eso, esperar que Dios haga.
Convertirme en una guerrera que pelea sus batallas en adoración y no con simple acción sin representación.
Se que para esto fui llamada, para ir por más, pero no solo en este momento, para ir por más en lo eterno.
Tengo una identidad y este mundo con sus afanes no me la puede quitar. Y aunque este momento sea de ansiedad, sé que PAPÁ su paz me va a dar.
La Victoria Jesús me dará.

Ahora no lo veo, ahora no lo entiendo, pero decido creer y se que llegara el momento, que sin barreras todo podré ver, sin ataduras los voy a ver.
La gloria de Dios no se podrá contener.

A Corazón abiertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora