A Corazón abierto

7- Estación de trenes de la mente

El orden viene desde la mente, si eres organizado en tu mente, lo serás en tu entorno.
¡Claro que los pensamientos no son para nada organizados! Nadie puede controlar en sí la mente.
Pero esta misma es como una estación de trenes y tu como un pasajero no eliges los trenes (pensamientos) que pasaran por ella, pero si decides en cuales montarte (a cuales darle importancia o a cuales seguirle el rumbo).
Pero, ¿que pasa cuando hay un terremoto en la estación, cuando ocurre un temblor tras otro y los trenes ya no son los de antes?
El pasajero sigue intentando mantener el orden, pero resulta que ya no se puede.
Intenta arreglar las cosas pero es tan grande la devastación que solo no puede. Los sucesos alteran su mente robandole el orden y La Paz.
Y como anhela tanto orden y paz, crea una fachada para ocultar el desastre real.
Pero en la noche, cuando se adentra en lo profundo del pensamiento, camina por esas sendas oscuras que tanto intenta ocultar.
Y cuando algo falla y la estación se vuelve a tambalear, el pasajero nuevamente descubre que el desastre es la realidad.

¿Que decidirá? ¿Lo seguirá tapando? ¿O lo mostrará para intentarlo arreglar?

Decidió ocultar, decidió guardarlo solo para él. Esta decisión solo logró agotarlo, y aumentar la posibilidad de que el daño fuera más grande.
Aunque no contaba con que el dueño de la estación estaba al tanto de todo lo que pasaba.
Él vió todas las veces que la estación se vino abajo, todas las veces que el pasajero quiso huir, todas y cada una de las veces que se refugiaba en los trenes más sencillos encontrando belleza en ellos. Sobre todo se dio cuenta de que cada vez que el pasajero iba a su despacho, estaba más cansado de ocultar el deterioro de la estación, a causa de tantos desastres.
Por eso mismo decidió quitarle esa amargura, decidió quitarle esa carga mostrando como estaba la estación en realidad, abriéndole los ojos y diciendo ESTO ESTÁ MAL, tu estación se debe arreglar, y mostrar la verdad.
El pasajero se sintió al descubierto, sintió que todo su trabajo para arreglar/ocultar lo malo había sido en vano, y al principio no pudo entender que ser confrontado era lo que podía arreglar su desorden.
Pero pronto descubrió que el dueño de la estación era un excelente maestro de obras, con un socio Muy poderoso y un aliado que resultaba ser experto en reparar cosas. Además el pasajero era bueno acatando oredenes y le gustaba arreglar cosas (solo que a veces no sabia como), y al ser tan buen amigo de los tres primero señores el trabajo se haría mucho más llevadero. Claro, no iba a ser fácil, eran muchos los desastres que arreglar, por las cosas que el pasajero ocultó, tal vez tomara algo de tiempo, pero el resultado final sería espectacular, y sobre todo REAL.
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Ahora te preguntarás, ¿dónde estuvo el dueño de la estación mientras todos los desastres ocurrían?
Estaba observando, tan sabio, pues sabía que todo era necesario para transformar al pasajero y mejorar la estación. Sabia que cada una de estas cosas harían más fuerte y sabio al pasajero. Sabia que la vieja y tradicional estación necesitaba ser demolida, para crear una nueva, una mejor, una estación con cimientos sobrenaturales que ningún terremoto o desastre natural pudiera alterar. Tenia todo planeado para potenciar la estación y llevar al pasajero a lugares espléndidos que nunca había podido imaginar.

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Este escrito me recuerda a la película intensamente 🙈 los sucesos que tambalearon la mente de la joven, y me lleva a pensar que es tan común que perdamos el control de nuestra mente, es tan fácil perder la Paz.
Y muchas veces, así como el pasajero intentamos ocultar todo, crear una fachada.

Pero eso no es lo que Dios quiere, el desea darte paz y para eso debes ser confrontado, saber qué está mal y aceptar su ayuda para arreglarlo.
Muchas veces lo que necesitamos es un renuevo, y en Papá lo podemos conseguir.

Ve al despacho del general, ve a la presencia de Dios y consigue ahí la Paz que todo puede solucionar 💚