25- Aguas

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Nota: Este escrito contiene historias bíblicas que podrás encontrar al final del mismo.

Esta imagen me llevó a realizar una analogía un tanto reveladora para mi, a pesar de ser algo que conozco, me presenta una nueva manera de ver al Maestro, ayudándome a reconocer desde una mejor perspectiva su majestad.

Es claro que lo que dejamos entrar en nuestro corazón, es lo que nos hunde; pero si hablamos de Jesús, es lo que nos salva.

Una barca vacía fácilmente puede ser volcada por la marea, o incluso si se enfrenta a una tormenta muy avasalladora, puede ser destruida por la misma.

Ahora bien, teniendo en cuenta que el agua representa lo que sucede a nuestro alrededor y la barca a nuestro corazón, me he permitido divagar en el suceso que relata Lucas 8 : 22-25* en el que los discípulos tenían a Jesús en la barca, aún así su fe fue probada por la tormenta, y Jesús demostró siempre estar ahí, aún cuando nuestra fe es probada.
Del mismo modo aún a aquellos que tenemos a Jesús en nuestro corazón, muchas veces nos pueden sobrevenir tormentas de situaciones que amenazan nuestra fe e inundan nuestra barca, nos llenan de miedo, inseguridad y tantos sentimientos negativos que olvidamos que Jesús está ahí, solo esperando que lo llamemos para mostrar su poderío en nuestras vidas y nutrir nuestra fe.

Aunque a lo mejor algo de afuera haya entrado, Jesús está ahí para, con su gran poder, calmar las tormentas y ayudarnos a sacar todo lo malo que haya entrado, está ahí para disipar la tristeza, el miedo, angustia y demás.

Además he pensado en la relación que guardarda la cita de Mateo 14 : 22-31* con el tema en cuestión; Y es que el Señor a veces nos hace navegar en aguas (situaciones, sucesos, momentos, etc) que se vuelven turbias, tal como a sus discípulos, para mostrar que él esta por encima de las muchas aguas.
¡JESUS ESTÁ POR ENCIMA DE LO QUE NOS SUCEDE! Y eso es maravilloso.
Al tiempo que, si decidimos ser hosados y salir de nuestra zona de confort para estar por encima de las aguas, no en la barca (ya no viendola analógicamente como nuestro corazón, sino como nuestro lugar seguro), decidimos seguir a Jesús en lo desconocido, con fe, mucha fe, lograremos caminar por encima de esa situación que en un momento nos atemorizó.

Claro que tan real como en aquella narración bíblica, el viento que azota puede llegar a ser tan fuerte que debilite esa fe que creíamos inquebrantable.
Sin embargo, tal como en la biblia, Jesús siempre está ahí para sostenernos hasta llegar al lugar seguro, siempre hablándonos de fe, siempre salvandonos con amor.

Y aunque este escrito puede llegar a ser uno de los más largos (hasta el momento) no puedo dejarlo así, impersonal. Porque este libro si es algo, es personal, es mi corazón abierto mostrando entre líneas mis sentimientos y pensamientos, y la manera en que Dios obra en ellos.

La verdad es que lo que me rodea no me agrada, me enoja, me llena de incomodidad, siento que la marea está subiendo y aunque en su momento me aventuré con Jesús, me atreví a saltar a lo desconocido confiando a ciegas en él; y resultó, pude caminar por encima de mi situación con él. La tormenta no es algo a la ligera, no es algo que podemos controlar.

Pero en conclusión, de esta analogía recordé y reafirmé la creencia de que SI es algo que Jesús puede controlar. Que aunque las aguas sean difíciles y quieran entrar para hundirnos, Jesús está por encima de las muchas aguas.

El estar escribiendo esto y el tú estar leyendo, confirma:
La voz del SEÑOR está sobre las aguas; resuena el trueno del Dios de la gloria; el SEÑOR está sobre las aguas impetuosas.
Salmos 29:3
Nueva Versión Internacional

Si deseas leer los relatos y en este momento no tienes como, aquí te los dejo 💚⬇️

*Lucas 8 : 22-25:
22. Un día subió Jesús con sus discípulos a una barca. Crucemos al otro lado del lago les dijo. Así que partieron,
23. y mientras navegaban, él se durmió. Entonces se desató una tormenta sobre el lago, de modo que la barca comenzó a inundarse y corrían gran peligro.
24. Los discípulos fueron a despertarlo. ¡Maestro, Maestro, nos vamos a ahogar! gritaron. Él se levantó y reprendió al viento y a las olas; la tormenta se apaciguó y todo quedó tranquilo.
25. ¿Dónde está la fe de ustedes? les dijo a sus discípulos. Con temor y asombro ellos se decían unos a otros: «¿Quién es éste, que manda aun a los vientos y al agua, y le obedecen?»

*Mateo 14 : 22-32:
22. En seguida Jesús hizo que los discípulos subieran a la barca y se le adelantaran al otro lado mientras él despedía a la multitud.
23. Después de despedir a la gente, subió a la montaña para orar a solas. Al anochecer, estaba allí él solo,
24. y la barca ya estaba bastante lejos de la tierra, zarandeada por las olas, porque el viento le era contrario.
25. En la madrugada, Jesús se acercó a ellos caminando sobre el lago.
26. Cuando los discípulos lo vieron caminando sobre el agua, quedaron aterrados. ¡Es un fantasma! gritaron de miedo.
27. Pero Jesús les dijo en seguida: ¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo.
28. Señor, si eres tú respondió Pedro, mándame que vaya a ti sobre el agua.
29. Ven dijo Jesús. Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús.
30. Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: ¡Señor, sálvame!
31. En seguida Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, lo reprendió: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
32. Cuando subieron a la barca, se calmó el viento.

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