📰Capítulo 15📰

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Y allí estaba, otra vez, aferrado a el cuerpo de el rizado quien conducía su motocicleta hacia un destino que aún no conocía.

¿Que cómo había acabado aquí? Simple, repentinamente cuando acababa de despertar, salí de mi habitación y allí se encontraba él, con su ropa de siempre ya seca, un casco y las llaves de su moto. Solo le bastó decir "¿Vienes?" para que yo corriera a mi cuarto para cambiarme y salir con él.

Debido a que el ojiverde era un hombre de pocas palabras y solo me había dicho "¿Vienes?" literalmente desde que desperté, no tenía idea de a donde nos dirigíamos, tampoco es como si me importara realmente.

Pude notar que nos estábamos adentrando a una zona de la ciudad que definiría como peligrosa cuando vas por la noche solo. Aunque me bastaron unos segundos más de el rápido recorrido en el vehiculo para darme cuenta hacia donde ibamos: la casa de Harry.

Aún no comprendía como recordaba donde quedaba, últimamente me estaba sorprendiendo mucho a mi mismo con respecto a mi memoria, usualmente se asemejaba a la de una hormiga, pero aparentemente de repente ya no.

El rizado iba rápido, brusco y tosco como todo aparentaba ser en él, aunque siendo sincero no tenía idea de nada sobre la persona a quien ya había besado, invitado a dormir a mi casa (dos veces) y quien me vió de lo más borracho. Era extraño, ya que Harry sabía cosas de mi vida que siquiera Liam, a quien ya conozco hace tiempo, sabía, como por ejemplo, los integrantes de mi familia, el hecho de que solía temerle a las motocicletas, lo fácil que puedo congelarme vivo, emborrachar y entrar en calor. Pero yo ni siquiera estaba seguro de cuantos años tenía.

En estos momentos logré sentirme como un completo idiota, acababa de caer en cuenta que no sabía nada sobre Harry, absolutamente nada, los únicos datos que tenía eran su nombre y apellido, que vivía aparentemente con Zayn, debido a ese dato supuse que eran amigos, que Kendall no era su novia pero follaban, y que peleaba en peleas callejeras por dinero, pero ese último siquiera estaba muy seguro de como funcionaba.

Todos mis frustrantes pensamientos fueron cortados junto con el cesar del escape de la moto. Cosa que me indicaba que habíamos llegado.

Me quité el casco, bajando del vehiculo, al mirar frente a mi, una humilde casa se hacía ver, era pequeña, de paredes con humedad y aspecto viejo, pero parecía tener cimientos fuertes. Recuerdos de la primera y única vez que estuve aquí llegaron a mi mente, el sentimiento de desespero al no saber donde estaba y el miedo que me ocasionó escuchar de repente a Harry detrás de mi.

Miré hacia mi costado encontrándome con la persona recién nombrada, cayendo en cuenta de que ahora solo me ponía nervioso por su cercanía y no por su presencia. El ojiverde aparentemente se dio cuenta y dirigió su mirada hacia mi, rápidamente volví mi vista adelante, no sin antes notar aquella característica sonrisa ladina por el rabillo del ojo.

Avanzó hacia la puerta principal, pero antes de que siquiera intentara acercarse, está se abrió fuerte y bruscamente, dejando ver al otro lado a una muy enojada Kendall.

- ¿¡Tú eres idiota, Harry!? ¡Te fuiste de mi fiesta sin decir una palabra y luego no diste señales de vida! - Gritó fuertemente, luego, su mirada se fue hasta mi, al parecer eso incrementó su enojo.- Ahora comprendo todo...- Gruñó realmente enojada.- ¿De verdad? ¿Me dejas por un culo? ¿Por follarte a este enfermo?

Apreté mi mandíbula, dispuesto a responderle de no muy bonita manera, pero la voz de otra persona interrumpió.

- Es suficiente de tu teatro, Kendall, vete dentro.

Alcé mis cejas sorprendido al notar que quien estaba hablando con tanto poder y suficiencia, no era nada más y nada menos que Gigi, honestamente era la primera vez que la oía hablar, y no iba a negar que aquella mujer emanaba tanto poder que podía hasta llegar a ser intimidante.

DIARIOS VIEJOS [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora