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Lily Ann Laferty la hermana mayor de Lenora Laferty, hijas de Roy y Helen Laferty.
Quedó encargada un día común, y la pequeña de un año, estaba sentada en las piernas de su madre, mientras que Lenora estaba siendo cargada por Emma Russell, la mayor de las niñas aún balbuceaba y no caminada, sin embargo, podía notar todo a su alrededor y llegó la hora en la que su mamá se había ido.
Comenzó a llorar demasiado.
Pero cariño, esa sería la última vez que vería a su madre.
Años después Lily creció junto con su hermana en la casa de Emma Russell.
Y a comparación de su hermana, ella no creció siendo creyente de Dios, aunque no era la niña problema como algunos dirían, era bien portada en lo que cabía.
Era curioso ya que ambas habían crecido de la misma manera, pero era obvio que Lenora era la favorita, la chica buena, justo como cualquiera quisiera.
Pero no, a Lily no le molestaba eso, amaba a su hermana más que nadie en el universo, y cuando llegó el chico Russell a los nueve años, nieto legítimo de Emma, todo eso cambió.
Los niños iban creciendo, y Lily lentamente había decidido alejarse tanto de Arvin, como de su hermanita.
No tenía la misma ideología que Emma, Lenora o de cualquier persona de aquel pueblo, y sinceramente no le importaba un carajo.
Y mientras no se metieran con su hermana, todo estaba bien.
Ella daría todo por su hermanita, la única familia que le quedaba de sangre. Pero cuando su relación con Arvin resultó buena con el paso de los años, celos por parte de Lily crecieron, no por Russell, sino por su hermana.
Arvin y Lenora eran unidos, casi como hermanos, se consideraban familia. Pero Lily jamás acepto a Arvin como su familia.
Pero había algo que tenían en común, proteger a la sumisa e inocente de Lenora, y ese sería el inicio.
