Ya no me la creo

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A cupido ya no le creo,
es un maldito embustero.
A la izquierda me tacha como si yo fuera un cero,
modificaré los papeles del juego y cambiaré la llama por el hielo.

He sigo dulce y me hicieron tragar amargo,
Los pocos momentos que he sido feliz no compensan la tristeza que me cargo.

He perdido más que las ganas de intentarlo,
el dolor es buen recordatorio de lo que me espera si llego a olvidarlo.

La desconfianza se instaló tan bien, que dudo que alguien pueda hacerme subir  de nuevo a su tren.

Después de hacer varios intentos,
empiezas a dudar de todos los cuentos;
dudablemente alguno donde fueron felices para siempre sea cierto; en la mayoría de veces el amor siempre termina muerto y uno que otro enamorado que poco a poco se va huyendo.

Si los sueños me elevaron,
la realidad me regreso al suelo.
Empecé a dudar de los "te amo",
Y dudé que sus sentimientos realmente sean sinceros.

Se volvieron ceniceros repletos de tabaco quemado,
donde las palabras suenan vacías y las promesas se marchitaron.

La vida te obliga a ser realista,
no te encontrarás de la nada a un amor sacado de un libro o de una revista.

Yo no sé si alguien me haga cambiar de parecer,
pero mientras tanto el amor permanecerá encerrado y tan fácil no pienso ceder.

Sinceramente no creo que alguien tome en reto,
volver a levantar un manantial dónde ahora es sofocante el calor en  la arena del desierto.

Muralla tras muralla estando oculto, permanecerá.
solo un equipo de demolición completo, derribarlas logrará.

—Rony Santos...—


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