El parque

17 2 0
                                    

Allí me encontraba, sentada en un banco al lado de mi esposo, el charlando conmigo de todo un poco y yo con mi cabeza en otro lado.
Mientras el solo hablaba sobre el, yo pensaba en Eli.
¿Será que le escribo?
¿Será que me aviento con todo?
Decidí no escribirle y darle tiempo por el fin de semana al menos.
Mi esposo era un hombre alto, moreno, 36 años,tiene su propia tienda de electrodomésticos y así mismo se acuesta con la mayoría de sus clientes. Eso sin contar a su secretaria, que está embarazada y aún no sabe si él es el padre de esa criatura.
¿Que como sé todo eso y aún sigo con el?
Me casé con él estando muy joven por querer salir de la mala vida. Así es, mala vida.
Yo nunca fui una niña buena y creo que nunca lo seré, no he logrado nada en la vida y no tengo el valor para expresar mi sexualidad.
Si, soy un desastre.
Llegamos un poco tarde a casa y preparo la cena, me doy una ducha y me recuesto a descansar. Sacó excusas tonta para que mi esposo no me toque esta noche (y ninguna otra de echo), nunca estoy de humor porque sus actos acabaron con el amor que yo sentía por él y solo estoy destinada ahora a ser su compañera hasta que un golpe de suerte me llene de valor y lo deje.
Nos metemos en la cama y yo me derrumbo al instante.

La Aburrida Vida de CarolinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora