Heimweh

Capitulo 5

Esto es extraño, no soñe con nada, obviamente prefiero no soñar antes que tener horribles pesadillas, esas que casi siempre que duermo tengo y una de las razones por las que no suele gustarme dormir solo.
Abro los ojos despacio y miro al otro lado de la cama, mi hermana ya no está conmigo. Mi primer pensamiento es que se la llevaron, en menos de, lo que para mi fue, un segundo, se me ocurren mil cosas horribles que podrían haberle pasado, secuestrada por el gobierno, abducida por aliens, algún error en la linea de tiempo y muchas mas ideas pasan por mi cabeza, hasta que logro escuchar el sonido de las teclas de su computadora ser presionadas con rapidez, eso me tranquilizó, se que es ella por que ese ruido esta casi siempre en casa, se sienta en el comedor mientras come algo y trabaja con esa máquina fea.
Me destapo y siento en la cama, no se si llamarla o levantarme e ir hacia ella. No quiero asustarla apareciendo de la nada, pero tampoco asustarla al gritar su nombre.
Recuerdo lo que paso antes, ella podía ser en realidad una impostora, si eso era cierto en cuanto no este conmigo volvería a su forma normal, o si es un robot podría estar cargándose. Lo mejor era ir hacia ella y comprobarlo yo mismo.
Me levanto con cuidado de no hacer ruido para que no sepa que desperté y voy hacia la puerta de su habitación en puntas de pie. Asomo la cabeza y logro verla de espaldas, sentada en una silla usando su computadora en el comedor al final del pasillo. Esta exactamente igual que siempre, tiene una bandeja al lado de la computadora, en la bandeja no hay mas que un vaso con ya casi nada de agua, seguro ya comió lo que se haya preparado. Si es que era un robot no podría tomar agua, y si era otra cosa debería haber vuelto a su verdadera forma, lo que significa que esa si es mi hermana.
Corro hacia ella y la abrazo con fuerza, tomando tambien el respaldo de la silla en el abrazo, haciendo que mi hermana emita un rápido y agudo grito, dando un pequeño saltito en el lugar, logrando asustarme a mi también, por lo que apreté mas mis brazos en ella. El grito duró muy poco tiempo, ya que al darse cuenta que era yo quien la abrazaba se calmo y me devolvió el abrazo, acariciando mi cabeza también.

—Te hice un vaso de leche con chocolate —. Pronuncio ella dándome un beso en la frente —. Si queres anda a la cama y te lo llevo.

La solté, asintiendo con la cabeza freneticamente, para luego correr hacia su habitación, y acostarme en la cama de dos plazas, tapándome hasta el cuello. Me gusta mucho esto, estar calentito en una cama y mi hermana cuidándome, me recuerda a cuando me enfermaba de niño durante las vacaciones y podía quedarme todo el día acostado mientras mi mamá y mi hermana me mimaban.
Eschucho los ruidos en la cocina, por estos puedo imaginar que es lo que esta haciendo. Prende el fuego y saca un jarro, lo se por el ruido metálico. Ahora esta sirviendo un liquido en el jarro, debe ser la leche. Me gusta fría, pero no es un día caluroso como para tomarla así.
Luego de unos minutos escucho sus pasos acercándose, bajo un poco la sábana, queriendo espiar la puerta. La sobra de mi hermana se hace mas alta, comenzó en el piso y luego escaló la puerta abierta. A los pies de la sombra apareció ella, sonriendo y con una bandeja en las manos. Se acerca a mi y se sienta en el hueco que deje entre mi torso y mis piernas por haberme acostado de lado y tener que doblarme para entrar en la cama.

—Var, sentate, no podes tomar la leche acostado —. Pide ella con voz suave.

Me siento, llevando mi espalda a la pared para no hacer tanta fuerza. Ella deja la bandeja en mis piernas, me quedo observando lo que hay sobre esta: un vaso lleno de mi bebida favorita y un plato con galletas con chispas de chocolate.