Capitulo 1

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Unos pocos golpes en la puerta de mi habitación me hicieron despertar, abro los ojos muy confundido, mi estómago duele al igual que todo mi cuerpo. Había dormido sobre el suelo, pero no recuerdo haberme acostado, ni siquiera haber entrado a mi habitación. Mi último recuerdo es el estar paseando con Brigitte, mi hermana. Habíamos salido para ir a una cafetería, yo quería comer una torta de chocolate, recuerdo bien eso, no solemos salir mucho, no por ella, si no por mi, no me agrada estar con tanta gente cerca, da miedo el poder estar al lado de un espía y no saberlo, así que cuando salimos lo recuerdo.

—Var, ¿estas bien?— habló ella detrás de la puerta, por su voz está muy preocupada. A veces se comporta como si en realidad fuera mi mamá, desde que eramos niños ella es así, pero no me molesta tanto, es lindo saber que me quiere.

Me levanté quejandome por el dolor, a pesar de estar recién despertando, mi cuerpo se siente muy cansado todavía, pesado mejor dicho, es como si llevara una mochila llena de biblias, recuerdo que eran pesadas. Abro la puerta encontrandome con Brigitte, no me equivocaba, en su rostro también se nota su preocupación. Ella es muy bonita, al menos para mi lo es, tiene ojos marrones, eso no me agrada tanto, pero igual sigue siendo linda. Se pinta los labios con brillo labial, entonces no le queda un color muy fuerte, pero si resaltan un poco mas. No se maquilla mucho mas que eso, y esta bien así, no tiene arrugas, aunque creo que un labial rojo también podría quedarle bonito.

—¿Que pasó?— Pregunto mirándola, quiero saber el por que desperté de la nada en el suelo de mi cuarto.
—¿No querés salir de la habitación?— Asentí con la cabeza, aunque eso no respondía a mi pregunta —. Compré helado.

Al escuchar eso sonreí un poco, tenía hambre y el helado es una de mis cosas favoritas, aún mas si es de chocolate, los demás sabores están bien, pero el chocolate les gana a todos y por mucho.
Tomó mi mano y me llevó hacia el sillón lentamente, tambien me ayudo a sentarme ya que mi cuerpo seguía algo rígido. Me dejó alli y sd fue a la cocina, aproveche entonces para mirar esta parte de la casa, creo que lo hago siempre, pero eso es importante, debo reconocer si es que todo sigue igual o si es una imitación, el sillón estaba en el medio de la sala, sentado en el puedo ver la puerta de entrada, no hay mucho mas, un mueble con libros, casi todos en alemán, son los que nos trajimos de casa, algunos otros en español, leer me ayudaba a aprender mejor el idioma, aunque creo que mi pronunciación es todavía muy mala logré aprender lo suficiente para entender lo que otros me dicen, no me sirve mucho por que no me gusta hablar con desconocidos, pero si escuchar conversaciones ajenas. Una mesa con cuatro sillas, sobran, la mayoría de las veces solo somos nosotros dos, cuando vienen nuestros abuelos ellos usan las sillas y con mi hermana nos sentamos en el sillón.

Brigitte volvio, trayendo con ella el pote de un kilo de helado y dos cucharas. Mitad frutilla mitad chocolate, casi siempre era así como pedíamos los sabores, chocolate para mi y frutilla para Bri. Mitad y mitad por que así era mas fácil de dividir y no nos peleamos por quien come mas.
Ambos nos mantenemos en silencio mientras comemos, aunque no es algo incómodo, al contrario, se siente tranquilo, nos conocemos mucho como para que un simple silencio haga que algún momento se vuelva incómodo.
Terminamos nuestro medio kilo en menos de una hora, a veces no llegábamos a hacerlo, pero hoy ambos estábamos hambrientos, tal vez ella no pudo comer antes por su trabajo, escribe para una revista o algo así, se que se pasa horas frente a la computadora, no me gusta que haga eso, no es un buen trabajo y las computadoras son peligrosas. Si, yo tengo una, pero la cámara esta completamente tapada, es imposible que logren ver algo, al igual que el micrófono, si quieren espiarme van a tener que buscar una mejor forma, aunque considero que voy un paso adelantado, toda mi habitación esta asegurada y soy muy atento.

Mire el pote vacío y me levanté, quiero ayudarla al menos limpiando las cucharas. Mi cuerpo se mueve lento, mis pensamientos están desordenados, sigo pensando en el como llegue a casa, en el que pasó, pero las ideas se van rápido y otra toma su lugar, ¿se podría hacer un helado caliente? ¿Para que se usa tanta ropa hasta en días de calor? Agarré las cosas y luego de observarlas bien, las llevé a la cocina.

—¿Te ayudo, Var?— Escucho detrás mío, tardé en lograr formular la respuesta en mi mente.
—Yo puedo— Respondí después de, lo que, supongo que fueron, unos segundos.

Al llegar a la cocina abrí la canilla, mojé los utensilios de metal y les pasé la esponja con detergente, me gusta mucho como es la espuma, quisiera meterme en una pileta llena de esas mini burbujas, creo que seria muy divertido, ademas tiene un olor muy rico, podría comerlo. Luego de jugar un rato con eso, dejé secando los cubiertos y tiré el pote a la basura, podría usarlo para algo, como hacer una nueva maceta, pero creo que Brigitte se enojaría conmigo si sigo guardando "basura". Se sigue escuchando el agua caer, había olvidado cerrar la canilla. Dirigí mi mirada hacia ella, toda mi atención quedó en esa pequeña cascada de agua transparente.

HeimwehDonde viven las historias. Descúbrelo ahora