Wydenbourn (MADNESS#1) ✔ (Disponible en físico)

Capítulo 8

La semana siguió siendo lenta y horrible, las reflexivas palabras de Jack me habían marcado con profundidad, ¿cómo era que un chico de tan solo diecinueve años podía ser tan melancólico? Hubiera dado lo que fuera por poder saber lo que pensaba en cada momento.

Después de dos infernales días soportando a Eric y su necesidad constante de saber todo de la vida ajena, llegó por fin el tan esperado viernes. Jonas me había invitado al cine y después a cenar, así que me puse lo más bonita que pude (no habló de ponerme vestidos o faldas, eso es algo que nunca me gustó), hacía mucho tiempo que no salía con mi novio y me apetecía mucho distraerme con él. Estaba en mi habitación acabando de prepararme cuando un mensaje llegó a mi teléfono. No conocía a la persona que me había escrito y el mensaje era el emoticono de la caquita, así que no le di importancia alguna.

Me dirigí al salón para esperar el coche de mi queridísimo novio, una vez sentada en el sofá viendo memes, el mismo número me volvió a escribir "Ve a tu cobertizo". No era tan tonta como para ir desprotegida, así que fui al despacho de mi padre y agarré el arma que había comprado después de lo que pasó esa misma semana. Comprobé que estaba cargada y me dirigí al cobertizo.

Caminé por el jardín muy despacio, al estar en frente de la puerta, tomé aire y la abrí con mucho cuidado, con la linterna del móvil alumbré el interior, aunque tampoco era muy grande. No había nada fuera de lo común, excepto una bolsa grande y negra, me acerqué a esta lentamente y con mi pie izquierdo le di una ligera patadita. Coloqué el móvil en una de las múltiples estanterías que había, y lo acomodé de tal manera se sujetara solo para así poder tener las manos libres, acomodé mi jersey por encima de mis dedos y abrí la bolsa con lentitud, dentro se percibió un olor repugnante, tanto que tuve que poner mi nariz y boca en mi codo derecho mientras tosía.

Cuando acabé de abrir la gran bolsa, cogí el teléfono y alumbre al suelo con la linterna, al instante éste se cayó de mis manos por la impresión, unas inmensas ganas de vomitar me apoderaron y mi corazón comenzó a latir con fuerza.

Era un cuerpo humano sin cabeza completamente desnudo, tenía rajas por todo él y le faltaban algunos dedos en los pies. Era Danna, lo supe desde el primer momento que lo vi, con lágrimas en mis ojos cogí el teléfono. Antes de que pudiera llamar a la policía vi una nota dentro de la susodicha bolsa, en el valle de los pechos de la chica, me agaché a recogerla con temor como si en algún momento, la muerta se levantaría y me agarraría el brazo. Cuando volví a ponerme recta leí la nota con dificultad, ya que mis ojos no paraban de desviarse al cuerpo que yacía en el frío suelo de mi cobertizo.

"Vamos a comenzar un juego, comienzas tú, tienes que atraparme, cuantas más veces falles, más perjudicaras a los demás, espero que falles muchas veces para hacerlo más entretenido".

Comencé a llorar desconsoladamente mientras hiperventilaba, resbalé hacia atrás dándome un ligero golpe con la puerta, estaba aterrada y solo quería correr y esconderme en cualquier lugar donde nadie pudiera encontrarme jamás.

Una vez despierta de mi pequeño estado de shock, salí corriendo del cobertizo dando un portazo, llamé a la policía aun con el susto en el cuerpo.

Después de unos largos e intensos minutos, llegó la policía y se llevaron el cadáver de Danna, además de que me hicieron un millón de preguntas, pero solo pude contestar a la mitad, Jonas llegó asustado al ver tantos agentes en mi casa.

Mi padre insistió en que no saliéramos a ningún lado por seguridad, así que vimos una película de comedia en mi cuarto mientras Jonas hacia todo lo posible por hacerme reír y olvidar por unos instantes esa grotesca y traumatizante imagen. Me acuerdo de que esa noche mis padres permitieron a mi novio quedarse a dormir solo para que pudiera descansar en paz y no me diera un ataque de pánico en mitad de la noche. Dormimos abrazados, bueno en realidad, Jonas fue el que durmió, yo intentaba concentrarme en su calor corporal y en sus brazos agarrando mi cintura para intentar no enloquecer.