Capítulo 12

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La desaparición de Andrew me afectó más que las demás, porque comencé a pensar que había sido culpa mía y que realmente hubiera podido salvarlo. El toque de queda se implantó en el pueblo por la seguridad de sus habitantes, aunque de mucho no serviría, daba cierta confianza.

Mi investigación sobre la Sombra no avanzaba demasiado y entre los estudios tampoco es que tuviera demasiado tiempo para eso, a pesar de sentirme un poco frustrada intenté concentrarme todo lo posible en ese asunto, pero claro está que no tenía las pistas suficientes para comenzar a suponer, la persona que hizo de mi apellido algo famoso, se sentiría decepcionado.

Me encontraba en la cafetería del instituto con mis dos mejores amigos, mi novio y Sabella, que se había animado a comer con nosotros. No recuerdo de que hablábamos, ya que mis pensamientos se centraban en la Sombra y el intercambio de drogas que presencié la pasada tarde, pero recuerdo la risa de todos como una gloriosa melodía que alegraba un poco el triste día.

Una vez que tocó el timbre nos dirigimos a clase de gimnasia para "hacer deporte", nunca había sido muy fan de ponerme a correr en leggins apretados mientras que el profesor nos repasaba con la mirada, así que siempre ponía una excusa distinta para poder fugarme o al menos quedarme sentada mientras le juzgaba mentalmente. Mientras estábamos en los vestuarios pensaba en cuál sería la excusa perfecta para poder quedarme sentada al lado del radiador.

—Bien, comenzaremos con unos estiramientos y luego haremos unos amistosos partidos de baloncesto, cada partido no durará más de treinta minutos para que nos dé tiempo a jugar a todos —explicó paseándose de un lado para otro, se paró justo en frente de mí y sonrió—. Señorita Holmes, usted comenzará a elegir a su equipo.

Al final no pude librarme y tuve que jugar al baloncesto, creo que perdimos, en fin.

Cuando volvimos a los vestuarios, cada una se dio una ducha y se cambió de ropa, al acabar cogí mi mochila para poder irme, pero dentro se escuchó el maullido de un gato, todas las chicas se giraron hacia mi dirección confusas, sin embargo, yo era la que más lo estaba, volví a dejar la mochila en el suelo y me agaché para abrirla, todas mis compañeras se inclinaron con curiosidad. Una vez abierta, una zarpa negra arañó con fuerza mi mejilla izquierda haciéndome caer hacia atrás bastante alarmada, un gato negro con una cicatriz en el ojo izquierdo salió dando un salto, su pequeño ojo derecho era de un bonito azul en cambio el izquierdo era gris blanquecino dando a entender que el minino era ciego de éste.

Poseía un collar rojo escarlata con una pequeña chapita dorada con el nombre de "Kilian" escrito en negro. El gato tenía cara de enfado y no parecía que quería mimos de nadie que estaba en ese vestuario, el minino nos bufó y se colocó en posición de defensa, ninguna de nosotras se atrevió a acercarse a ese gato, así que al ver que al ver que nadie salía en diez minutos, de los cuales estuvimos sin apenas movernos, Eric entró al vestuario femenino.

—¿Se puede saber que hacéis? Llevamos esperando unos quince minutos —se quejó una vez dentro, al vernos su cara expresaba algo así como "¿Qué coño?" Y es que todas estábamos en una esquina de los vestuarios, yo aún seguía en el suelo, mientras que el gato continuaba actuando con su completa desconfianza, también recuerdo que muchas de nosotras intentamos cogerlo ganándonos unos cuantos arañazos extras.

Eric nos miró con ridiculez e intentó agarrar al pequeño minino, pero como había hecho con todas nosotras, le rasguñó con fiereza asustando al pobre pelirrojo. Sé que parece muy exagerado, pero enserio que ese gato parecía endemoniado. Al final se le ocurrió a Alice abrir la ventana para que ese estúpido gato huyera, y Eric con una escoba intentó asustarlo para que saliera, funciono después de muchos más arañazos, mordiscos y gritos. Un auténtico caos.

Wydenbourn (MADNESS#1) ✔  (Disponible en físico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora